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Petro, en loco video

Qué triste imagen la de los líderes barajando fajos de billetes, en vez de ideas y propuestas.

Luis Noé Ochoa
Ahora sí en serio, llegó diciembre con su alegría, con sus novenas y villancicos, y natilla en vez de mermelada. Menos mal, a ver si nos aliviamos de este ambiente tenso de la politiquería. Y de este año, en que no están saliendo las cosas. Amenaza de IVA; reforma que, dicen, puede poner a la clase media con tendencia a la baja, el país en marcha, el Presidente con la popularidad pidiendo viagra. Así unos intolerantes se molesten, ya hasta comienza a hacer falta Juan Manuel Santos, que sigue siendo un expresidente discreto, como deberían serlo todos.
El 2018 remata mal. O con la misma política polarizante y llena de odio. En el debate de Odebrecht, a Gustavo Petro le acaban de destapar un video que le cayó en la chaqueta como una pedrada de Paloma mensajera.
La política sigue llena de intereses; en ella, los principios tuvieron su final. Hoy no se hace con admirables exposiciones y argumentos, sino a navajazo limpio. Y ‘la cuestión es con dinero’. Qué triste imagen la de los líderes barajando fajos de billetes, en vez de ideas y propuestas. Obvio, microbio, que se debe aclarar ese video que –lo de siempre– “me lo entregaron minutos antes...”.

Es triste, en todo caso, que la política de hoy, o los políticos, mejor, hablen menos de consignas y más de consignaciones

Está bien que se divulgue, pero habría sido preferible que se presentara en otro momento, pues ya se comenta que se lo entregaron a la Paloma mensajera detrás de una cortina de humo. Lástima que sin audio claro.
Obvio, microbio, que Petro debe explicar de dónde viene esa platica contante y resonante que, según dicen, le entregó hace 14 años Juan Carlos Montes, quien luego fue subdirector técnico de la Unidad de Mantenimiento Vial, se supone que para tapar un hueco de campaña. O qué tal que haya sido para el control de las palomas en la plaza de Bolívar.
Hay que partir del principio de buena fe. Pero que se vaya hasta el fondo, no de la bolsa, sino de la investigación. Es una buena plata. Se ven como más de 20 melones, a menos que haya sido en billetes de 5.000. ¿Fue préstamo, aporte, obsequio, donación? Que lo diga claramente la Fiscalía, que va a llamar testigos que deberán jurar por Dios y por la cara de Bolívar decir la verdad y nada más que la verdad. De pronto tocará nombrar fiscal ad hoc.
Y que se aclaren muchas cosas más, aparte de la procedencia y el destino de los fajos. ¿Cómo se transportó el dinero? ¿Llamó Petro a un policía acompañante para salir con la bolsa bajo el brazo político? Porque él decía que no hay que dar papaya. Dio papaya. Que el motociclista diga a dónde la llevó.
Es triste, en todo caso, que la política de hoy, o los políticos, mejor, hablen menos de consignas y más de consignaciones, menos de nominaciones y más de denominaciones. Más de plata que de patria. Con razón, uno se encuentra un político, y lo primero que le dicen es: ‘Cuente a ver’. Y se entiende por qué afirman que tal o cual político es muy efectivo. Y todo se vuelve chiste y hasta injusta generalización. Por ejemplo, que en la casa de los políticos los árboles de Navidad no tienen bolas sino bolsas.
Por todo esto, la política se ha desprestigiado, y la gente ha perdido la fe y el respeto hacia quienes a ella se dedican, que, bien hecho, es un bello oficio. Esa imagen de los líderes empacando billete es odiosa y triste. ¿Se imaginan a un Eduardo Santos, a un Alberto Lleras o a un Carlos Lleras en esto? ¡Ah tiempos aquellos!
Hoy es penoso. Por eso, padres de la plata, no puede haber financiamiento de campañas, ni aportes ni regalos de particulares. Ahí camina la reforma política, la cual podría disponer que las financie el Estado, y con poco, pues no se trata de comprar conciencias sino de vender propuestas. No puede haber campañas a Senado de $ 5.000 millones. Los aportes en efectivo son el germen de la corrupción. Les iba a decir más, pero se me fue la paloma.
luioch@eltiempo.com.co
Luis Noé Ochoa
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