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Petro, en el potro

Por ahora empezaría bien el presidente electo si logra unir al país y construir consensos.

Luis Noé Ochoa
Ganó Gustavo Petro, de Colombia Humana, la presidencia de nuestro país, al tercer intento. Sudó petróleo, que poco quiere, pues el ingeniero Rodolfo Hernández le metió un susto. Pero el hecho es que Colombia tendrá un mandatario con sello socialista, un exguerrillero y economista que se preparó, que ha sido congresista y alcalde Bogotá. Eso, de entrada, indica que al poder no se llega por las armas.
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Petro triunfó con Francia Márquez, una mujer negra que tiene tumbao y carácter, de extracción humilde, lideresa social, de admirable superación, que logró su título de abogada y en la campaña clamó por el derecho de millones, de los “nadies”, a vivir “sabroso”.
De modo que Petro está en el potro, que es brioso y duro de rienda. Llegó al poder no solo con el Partido Socialista, sino con alianzas y respaldos de la vieja política, y en esto no hay almuerzo gratis, pues los políticos también quieren vivir “sabroso”. Desde luego, hay que desearle suerte, pues está de por medio Colombia, millones de personas ilusionadas, especialmente de barrio bajo y de más abajo.

Su gobierno debe pensar en Colombia toda, en Ecopetrol, que no se puede acabar de la noche a la mañana; en las empresas, que son las que dan empleo. Y, claro, la gente espera más justicia social.

Por ahora, excepto el desplome de las acciones de Ecopetrol, pues la iguana tomaba café, pero a la hora del té nuestra primera empresa nacional perdió billones estos días como reacción lógica, no ecológica, a las propuestas petristas de parar las exploraciones, excepto eso, insisto, las aguas están calmas.
El antes fogoso Gustavo Petro, que anda sin corbata, pues sabe que le están pidiendo varias, llegó casi en tono Gandhi, sin triunfalismos ni revanchismos, llamando a un gran acuerdo nacional, a proponer un gobierno del amor y de la vida, centrado en la paz, en la justicia social y en la justicia ambiental. Y en algo despejando dudas de quienes le aplicaban el eslogan nacional: ‘El miedo es que te quieras quedar’.
Y viene metiendo quinta. Ya se reunió con el presidente Duque en el Salón Amarillo, donde se habló mucho de finanzas, que deben de estar regulares, pues solo alcanzó para ofrecerle jugo de naranja y pandebono. Y el empalme arrancó ayer, Roy Barreras será el presidente del Senado, aunque parece que entre sus huestes le quieren poner barreras. Petro habló con Biden, dijo que abrirá la frontera con Venezuela –lo cual es urgente para acabar con las mafias de tráfico humano–, y, quién lo creyera, tendrá un encuentro con el expresidente Álvaro Uribe, en busca de aliviar esta terrible polarización que se exacerbó desde cuando a algunos –adivina, adivinador– se les ocurrió hacer trizas la paz.
Como decimos en la tierra de Rodolfo, del dicho al hecho es más arrecho, pero por ahora empezaría bien el presidente electo si logra unir al país y construir consensos, algo que aquí a veces parece más difícil que ver a Putin y a Zelenski almorzando. Los retos son enormes: la pobreza –21 millones de colombianos–, la violencia, el narcotráfico, la robadera, el desempleo...
Pero el nuevo presidente tiene una oportunidad histórica que no puede desperdiciar. Lo primero es unir al país. Porque ganó con más de 11 millones de votos, pero 10,5 votaron en contra. Por ello, su gobierno debe pensar en Colombia toda, en Ecopetrol, que no se puede acabar de la noche a la mañana; en las empresas, que son las que dan empleo. Y, claro, la gente espera más justicia social y equidad.
Para ello necesita recuperar el campo, y el Polvo Democrático tiene un programa serio para que los campesinos no se vayan para las ciudades y puedan vivir “sabroso”, con seguridad, ganando lo justo, con salud y educación. Necesita también darle vuelo a Francia Márquez para visibilizar, apoyar y defender esas comunidades alejadas, a los “nadies”, a los tres millones de negros, y proteger a los líderes sociales. Esperemos, pues, que la izquierda haga las cosas al derecho.
LUIS NOÉ OCHOA
luioch@eltiempo.com
Luis Noé Ochoa
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