¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

La guerra es verbal

La guerra tiene que ser por el cambio de régimen en Venezuela por la vía del voto contra la bota.

Luis Noé Ochoa
Otra vez, entre Colombia y Venezuela hay Vientos de guerra, como se titula una vieja serie sobre los primeros años de la Segunda Guerra Mundial. No habrá conflicto. Pero, como soldado prevenido no muere ni sale herido, con unas amigas estamos haciendo arrastre bajo, combate cuerpo a cuerpo, trepada rápida y tiro.
Por fortuna, por ahora, todo parece lo de siempre. Provocaciones de chinos de colegio: ‘píntela, que yo se la coloreo’; ‘tóqueme usted primero’; ‘si se mete conmigo, llamo a mi hermano mayor’.
Un día, Venezuela anuncia la activación del Consejo Nacional de Defensa. Pedro Carreño, presidente de la Comisión de Poder Público de la Asamblea Nacional Constituyente venezolana, afirmó: “Estamos preparados para posibles agresiones...”. Y amenazó con enviar aviones Sukhoi sobre puentes, hidroeléctricas, la Casa de Nari –como se decía aquí en clave en el gobierno de Uri– o el embalse de El Quimbo. Cuento ‘quimbo’, chimbo, o culimbo. Sin embargo, el general Luis Fernando Navarro, comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, dice estar listo para defender a nuestro país.
Maduro afirma luego que “hay amenaza real del conflicto con Colombia”. Y nuestra ‘vice’, Marta Lucía Ramírez, que Colombia no ataca, pero “cuenta con el apoyo de sus aliados internacionales”.
Y esta semana, el dictador desplegó a sus militares en la frontera para unos ejercicios bélicos. Lo que necesitan los militares venezolanos son ejercicios físicos, porque muchos tienen cintura de tanque de guerra. Creo que se fatigan poniéndose firmes.
Mientras esto pasaba, las selecciones de Colombia y Venezuela jugaban en Estados Unidos un amistoso. Los venezolanos casi que ni pasaron la frontera de las 16,50. Y todo terminó en abrazos, chamo. Solo unos comentaristas le dispararon a Queiroz por no enviar a los generales al campo. ¿Y luego no se trataba de ver jugadores? ¿No era esta la oportunidad?
Los pueblos no quieren guerra. Ni los militares. Creo que ni Maduro. Ni Trump, que inclusive le pidió la renuncia a John Bolton, consejero de Seguridad Nacional, un ‘halcón’ muy crítico con los intentos de diálogo con Irán y Corea del Norte, pero también duro contra Venezuela y quien seguramente le había dicho que “a Maduro le quedan pocas horas”.
Lo cierto es que esos despliegues de fuerza en la frontera son peligrosos. No falta el que lance un tejo y se prenda la mecha. Y los dictadores suelen inventar disculpas para hacer escaramuzas que los beneficien internamente.
El Tiar, que se reactivó en la OEA, no es que nos vamos a toTiar, no es intervención ‘miliTiar’, no puede ser, es un mecanismo de presión para que Maduro y sus militares entiendan que son un problema regional, que les están haciendo daño a todos los países y a su propio pueblo.
Aquí hay muchas familias de venezolanos con niños pequeños que libran una guerra contra el hambre y el frío. Hay profesionales en el rebusque, en la calle, vendiendo arepas, dulces, chocolatinas, palomitas de esperanza; muchos trabajan en toda clase de negocios, y en el campo. Esa es la guerra de su gente, dictador Maduro. ¿A ellos les van a mandar sus Sukhoi? Más de cuatro millones de venezolanos buscan mejores horizontes en los países vecinos. A ellos hay que decirles lo que un día nos dijeron: “Esta es su casa”. Y ofrecerles nuestra ayuda, nuestra solidaridad. La guerra de los demás países tiene que ser por el cambio de régimen en Venezuela por la vía del voto contra la bota.
Sin olvidar que nosotros debemos librar otra guerra contra nuestros problemas urgentes, como las bandas criminales, las disidencias, el desempleo. Y cerrarle las fronteras al narcotráfico, perseguirlo hasta en los ‘rastrojos’. Y, queridos venezolanos, somos hermanos.
luioch@eltiempo.com
Luis Noé Ochoa
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción