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¿Qué les pasa?

Es censurable y repudiable la actitud de quienes han atacado a los profesionales de bata blanca.

A propósito de las aperturas, graduales, controladas, anunciadas por el Gobierno, el editorial de EL TIEMPO –jueves 7 de mayo– dice: “Cuidarnos es la opción. Para evitar que la pandemia del covid-19 se nos salga de las manos”. Y agrega: “Van más de 8.600 colombianos contagiados y cerca de 400 muertos”. De esa cuenta se puede deducir que unos 8.200 contagiados se han salvado. Claro que no por cuenta propia, ni por la ayuda del Espíritu Santo. Sino gracias a los cuidados que les ha prestado, a esos contagiados, todo el personal de la salud: médicos, médicas, enfermeros, enfermeras, un gran equipo de profesionales que se dedican a curar enfermos y a salvar vidas.
Por eso es censurable y repudiable la agresiva actitud de quienes se han atrevido a hostilizar la presencia de profesionales de bata blanca en sus vecindades. ¿Qué les pasa a estas personas? ¿Acaso no entienden que los profesionales de bata blanca son quienes, precisamente, curan y salvan a otros, exponiendo sus propias vidas? Esa peligrosa, esa inexplicable conducta antigalenos debería ser sancionada. Pues atenta contra la seguridad y la vida de quienes siempre hemos necesitado. Y mucho más en esta ocasión.
En otro escenario, quienes están ahora en la cuerda floja son varios oficiales del Ejército Nacional. Hace pocos días, sin dar explicaciones, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, expulsó de sus filas a casi una docena de militares de alto rango. Poco después, la revista 'Semana' destapó lo que se podría llamar una olla podrida: militares dedicados a chuzar vida y milagros de periodistas, de defensores de derechos humanos, de determinados funcionarios. Este escándalo de marca mayor no es el primero en el Ejército. En donde más de una vez ha habido traidores que se venden por migajas, o algo más.

Con motivo de la pandemia, el Poder Judicial y el Poder Legislativo han funcionado a
medias. Entre tanto, el Poder Ejecutivo está copando todos
los espacios.

En ‘Perfilada’, columna en 'El Espectador' de Yolanda Ruiz, directora de noticias de 'RCN Radio' y una de las periodistas ‘investigadas’, se pregunta: “¿Qué tienen, qué quieren, qué temen de mí?”. De verdad, es angustioso, es aterrador, que la inteligencia militar, quién sabe con qué incentivos y con qué oscuros propósitos, se atreva a traicionar no solo su propia institución, sino el juramento que hicieron al integrarse al Ejército para servirle a la patria. Queda solo una esperanza: que los investigadores descubran a esos traidores y que la justicia les imponga el duro castigo que merecen.
Con motivo de la pandemia, el Poder Judicial y el Poder Legislativo han funcionado a medias. Entre tanto, el Poder Ejecutivo está copando todos los espacios. En un programa diario de TV, que dura una hora –6 a 7 p. m.–, con todas las estaciones de TV encadenadas y que le cuesta al Estado 3.350 millones, el primer mandatario, Iván Duque, dirige un programa de noticias relacionadas con la pandemia y por el cual desfilan funcionarios que, invitados por el Presidente-director, dan cuenta y razón de cómo luchan contra el coronavirus, por el bien del país.
Desde luego, es importante y necesario que los colombianos sepamos en qué va la batalla contra la pandemia. En qué va la vacuna contra el virus y qué se ha logrado hasta ahora. Pero resulta que tanto las investigaciones como las informaciones son los trabajos que hacen los periodistas, todos los días y a todas horas, en noticieros de radio y televisión, que duran toda la noche y luego comienzan a las 5 de la mañana.
Por lo tanto, el programa de TV que dirige el presidente Duque, más que un programa informativo, es un programa de propaganda oficial. Una propaganda tan efectiva que a las pocas semanas de iniciado el programa, la imagen del primer mandatario, que apenas tenía 20 puntos de aprobación, saltó a 60. Merecido, desde luego. Pero ahora, cuando parece que la vida comienza a regularizarse y son muchos los problemas del país por resolver, es urgente que magistrados y congresistas retomen todas sus obligaciones. Porque esta es una democracia. Y las democracias funcionan con tres poderes.
Lucy Nieto de Samper
lucynietods@gmail.com
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