Inoperantes
Ni Alcaldía, ni Policía, ni Fiscalía parecen ser garantía de nada.

Y hasta el momento no veo ningún candidato dispuesto a ponerle colmillos de verdad a ese tigre.
No perdono la corrupción. Porque esa es una enfermedad que ha acabado con las esperanzas de muchos.
En Colombia hizo carrera que la mejor defensa ante los errores es atornillarse al puesto.
¿De dónde sacar a alguien que ofrezca tranquilidad a todas las orillas políticas?
Pasan otros cuatro años y la decepción es la misma: el mesías rojo, azul, verde o amarillo defrauda.
Las Farc fueron responsables de indecibles horrores. ¿Pero los paramilitares y sus auxiliares, no?
No sabe uno si ya es desgano por el final del Gobierno o si es cosa de miedo ante los compromisos.
Y son las ratas las primeras en saltar. Eso es lo que se ha visto con los políticos de siempre.
Una región que genera tanta riqueza se convirtió en una olla a presión con el riesgo de explotar.