La fecha Fifa que entra en vigencia hoy en el fútbol mundial le sacará 14 futbolistas al Real Madrid: Carvajal, Sergio Ramos, Morata, Lucas Vázquez y Asensio jugarán por España; Casemiro y Marcelo por Brasil; Modric y Kovacic por Croacia; Kroos por Alemania; Varane por Francia, James Rodríguez por Colombia; Pepe por Portugal y Gareth Bale por Gales. Pero en realidad el Madrid tiene 19 internacionales. No acuden a sus selecciones por lesión Cristiano Ronaldo y Coentrão (Portugal), Benzemá (Francia), Isco (España) y Keylor Navas (Costa Rica). Y está Danilo, que no entró en la primera lista de Tite para la Eliminatoria, pero que es ‘habitué’ en la verdeamarilla de Brasil.
Es un buen reflejo de que hoy, en el alto nivel de competencia, es más duro el fútbol de club que el de naciones. El Real Madrid tiene 19 jugadores en las mejores selecciones del mundo, pero ninguna selección tiene 19 jugadores en el Real Madrid. Lo mismo sucede con el Barcelona, el Atlético de Madrid, la Juventus, el Bayern Munich, los dos Manchester, el Arsenal, el Chelsea, Liverpool, el PSG y, en menor medida, algunos otros equipos importantes de Italia, Alemania, España, Inglaterra, Francia y Portugal, incluso de Holanda y Turquía. El que no tiene 15 internacionales posee 10 o 12.
De modo que no es lo mismo enfrentar a México, Rusia o Corea en un Mundial que a cualquiera de estos grandes equipos de club. El grado de oposición debe ser lógicamente mayor. El fútbol de China es otro paradigma: cualquiera de sus diez mejores clubes vencería fácil a su selección por la cantidad de talentos extranjeros que poseen.
Esto explica, también, la fuerte competencia que enfrenta James en el Madrid. Históricamente es un equipo donde el que pestañea pierde el puesto. El primer año de James en el club de Di Stéfano y Bernabéu fue rosa. Era un fichaje galáctico (80 millones de euros), venía de ser una de las grandes figuras del Mundial, el presidente lo quería, por ende Ancelotti lo apoyaba (Carletto no parece ser un díscolo, capta las sensaciones del poder). Y él respondió con números excelentes para un armador: 46 cotejos, 17 goles, 18 asistencias. En el segundo aminoró la marcha: 32 presencias, 8 goles y 10 pases que se transformaron en tanto. Pero, sobre todo, bajó su nivel futbolístico. Y en clubes así no se puede aflojar, hay que demostrar en cada partido. De a poquito fue perdiendo su estatus de fijo.
Para esta tercera temporada las cosas han variado sustancialmente. Si el Madrid cuenta siempre con un plantel de primerísima, el actual es fantástico por calidad y abundancia, no tiene baches, hay dos figuras por puesto. Con un agregado: hay 7 candidatos para los tres lugares del mediocampo y 5 para los tres del ataque. Si consideramos que Bale, Benzemá y Cristiano deben jugar siempre –lo tiene claro Zidane y cualquier otro técnico que llegue–, quedan Morata y el ya afirmado Lucas Vázquez como sustitutos. Y si asumimos que Kroos, Casemiro y Modric han formado otra sigla insustituible, la KCM, tenemos que quedan otros cuatro como alternantes, que son Marco Asensio, James, Isco y Kovacic. Incluso Lucas Vázquez puede volantear por derecha si llega el caso, lo que significa un competidor más en el medio. Y cuando se juega de visita, por tener más marca que los otros, Kovacic cuenta con mejores posibilidades de ir al banco y entrar de refresco.
El retorno de Casemiro de Portugal y su afianzamiento en el centro del campo como principal hombre de quite le dio al conjunto blanco un equilibrio que no tenía, pues Kroos es un volante de distribución, no de corte, y Modric es más conductor que marcador. Por eso, al solidificarse Casemiro, el sacrificado fue el “10”, en este caso James. Luego se le sumaron competidores al goleador del Mundial 2014. Él podía alternar con cualquiera de los tres de arriba, pero la vuelta de Lucas Vázquez (estaba en el Espanyol) le complicó esa posibilidad. Ahora mucho más con el regreso de Morata desde la Juventus. Y en la función creativa se le metió otra piedra más en el zapato: Asensio, el joven de 20 años que el Madrid había fichado del Mallorca y tenía cedido también en el Espanyol. Asensio tiene una zurda como un pincel, buen físico, llega al gol y muestra más velocidad que James, aunque no tiene su formidable pegada.
Todo este entramado de características y conformación de plantel han venido a complicar la situación del ibagueño, que tampoco descolló en los últimos tiempos. Mucha gente en Colombia pincha alfileres sobre una foto de Zinedine Zidane, lo acusa de estar perjudicándolo y exige que juegue. La verdad es que el técnico es libre de poner al que mejor ve, no está obligado a darle la titularidad a James. Además, es Zidane… Tiene una espalda más ancha que la de James, y la ensanchó más al conquistar la última Champions League. Asumió el cargo medio titubeante, se lo veía simplemente como interino, pero ese título lo galvanizó y ahora ¿quién discute sus decisiones…?
Zinedine dice –desde el primer día– que le agrada James, que lo tiene en cuenta, pero también sostiene que hacer la alineación le genera un dolor de cabeza debido a la cantidad de figuras disponibles. Y además es inocultable también que gusta del juego de Asensio, lo hizo quedar en el club, inició la temporada con el mallorquín como titular.
No se observa campaña alguna contra James, sí una realidad incómoda: hoy tiene difícil ganarse un puesto entre los once y lo más probable es que en toda la temporada tenga, como el sábado ante el Celta, un puñadito de minutos para tratar de demostrar. Y cuando vuelvan los lesionados Cristiano y Benzemá puede que alguna tarde quede hasta fuera del banco. Si consideramos que entre los siete reemplazos van un arquero (Casilla), un zaguero (Pepe o Varane, el que no juegue), un lateral (Danilo), un volante de contención (Kovacic) y un atacante neto (Morata), quedarían dos asientos para tres: James, Asensio y Lucas Vázquez. La pregunta que surge espontánea es: ¿sirve estar en el Madrid si no se puede jugar…?
Va a tener que aprovechar al trescientos por ciento cada oportunidad que se le dé. Ante los de Vigo, James entró tenso, como queriendo hacer justamente eso, pero apenas tocó cuatro o cinco pelotas. La mejor, una en que ingresó por izquierda y remató para gol, aunque desde posición muy cerrada y la pelota dio en la parte exterior de la red. Un gesto que marca su momento en el equipo fue en el gol de Kroos, el que hizo explotar a todo el Bernabéu: la cámara sorprendió a James de frente, sin el mínimo festejo, con cara muy seria mientras todos saltaban alegres.
Hemos apoyado la idea de que James permaneciera en el Madrid porque tiene las condiciones para triunfar allí, pero ahora se le complicó. Y pasado mañana cerrará el mercado de pases en Europa. No parece que una ficha tan costosa como la suya se negocie en cuestión de horas. Lo mismo que su contrato, que es muy alto. Sólo el tiempo dirá cómo solventará este presente, hoy está metido en un laberinto.
JORGE BARRAZA