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Urgente pero aún pendiente

Agilizar la implementación de los acuerdos de paz para frenar locuras en marcha.

No puede ser más descabellada la decisión que tomaron varios miembros de las antiguas Farc de volver a la guerra, golpeando seriamente el proceso de paz, al igual que lo han hecho los más encarnizados detractores de este.
Ese reducido número de combatientes, que salen armados en un video muy publicitado, con ‘Iván Márquez’, ‘Santrich’, el ‘Paisa’ y ‘Romaña’, entre otros, no representan a la inmensa mayoría de desmovilizados que se mantienen firmes en el cumplimiento de los acuerdos de paz: son más de 10.000, que exigen el apoyo de toda la sociedad y de la comunidad internacional, pues se la están jugando por el éxito de los acuerdos de paz.
Desde hace un tiempo, ‘Márquez’ venía ambientando la idea de que las Farc se estaban volviendo a armar; ahora nos echa el cuento de la “nueva Marquetalia”. También, en otro momento, hizo un llamado para que se suspendiera el proceso de negociación y denigró de la entrega de armas, pero esa necedad no encontró eco.

El caso es que ya deberían estar vigentes unas 50 leyes que permitirían consolidar los pactos firmados, pero el Gobierno se mantiene renuente a presentar dichas iniciativas al Congreso

Hacen bien los líderes del partido Farc en catalogar como un engaño lo que pretende hacer esta disidencia, y pedir perdón por los efectos negativos que produce sobre el acuerdo de paz, al tiempo que reiteran su voluntad inquebrantable de continuar defendiendo lo pactado, mientras urge su implementación integral.
A su vez, el presidente Iván Duque advierte que nadie se dejará intimidar y ordena crear un grupo élite para combatir esta agrupación de delincuentes, pero guarda silencio acerca del todavía pendiente proceso de implementación. El Gobierno solo habla de algunos aspectos referidos a la reincorporación de los combatientes, y les ofrece apoyo, pero no se ocupa de los acuerdos en su totalidad.
Entonces, ¿dónde queda la agenda negociada en La Habana? Ni se mencionan los temas que permitirían dar cumplimiento a los acuerdos, para finiquitar el conflicto armado. ¿Qué pasó con los asuntos agrarios?, ¿y con la libertad de cientos de guerrilleros que siguen detenidos, cuando deberían estar en libertad y trabajando por la paz?, ¿y con las garantías de seguridad para los excombatientes y líderes sociales, que siguen cayendo asesinados? ¿Qué pasa con el enfoque integral del problema del narcotráfico incluido en los acuerdos, que, además, le exige al Estado colombiano crear escenarios internacionales para abordarlo con sus posibles soluciones? En fin, son muchos los casos que permiten comprobar que el gobierno Duque soslaya la implementación del conjunto de los acuerdos.
El caso es que ya deberían estar vigentes unas 50 leyes que permitirían consolidar los pactos firmados, pero el Gobierno se mantiene renuente a presentar dichas iniciativas al Congreso. Eso sí, le hace creer a la comunidad internacional que todo va viento en popa, logrando que esta mantenga su respaldo al proceso, para que fluyan los recursos económicos prometidos, lo que constituye una evidente burla.
Los sectores más radicales, que a la vez son los más representativos del partido Centro Democrático, siguen empeñados en tumbar los acuerdos, mientras ocultan su interés de propiciar la impunidad de los terceros financiadores del conflicto armado y creadores en gran parte del paramilitarismo. No está entre sus prioridades aportar a la construcción de la verdad y a la posibilidad de que realmente se haga justicia.
En fin, no creemos que la decisión de ‘Iván Márquez’ y los otros miembros de las antiguas Farc de retomar las armas tenga algún futuro. Pero una de las imperiosas tareas del momento para anular sus argumentos es implementar integralmente los acuerdos de paz, y es ahí donde aparece una de las mayores debilidades del gobierno de Iván Duque, principal responsable de que no avance y se consolide el proceso de aclimatación de la paz.
e-mail: jaimefajardolandaeta@gmail.com
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