¿Por qué fracasan las reformas?
La reforma que contemplamos somete una Rama del Poder a la intervención soberana de las otras.

El complejo proceso de elección del Procurador avanza en medio de una pasmosa incuria colectiva.
Restablecer la dignidad de la jurisdicción es compromiso político radical de nuestra supervivencia.
Ninguna reforma es válida si se construye al margen del objetivo supremo de encarar la corrupción.
El fracaso de los emprendimientos fútiles significa el triunfo de la constitución. Y, el nuestro.
Elegir Procurador General de la Nación no es un episodio banal dentro de las disputas políticas.
Corromper la interpretación es corromper la sal. Acéptenlo y regresen al respeto del Derecho.
Solo extremando indulgencia uno acepta que propuestas de la ministra Cabello puedan ser un proyecto.
La crisis actual es la misma que ya demostró su nocividad cuando empezó a ser visible hace 10 años.