El servicio de las ambulancias a los heridos, lesionados o afectados en su salud, ya sea que estén en sus residencias o en la calle por accidente, debe estar haciendo sonar las alarmas en el país.
La semana pasada presencié en Berlín (Alemania) un accidente en el que un automóvil atropelló a un motociclista, lo lesionó y lo dejó tendido en la calle. Al ver que estaban llamando una ambulancia, me dediqué a cronometrar el tiempo que se iba a demorar. Gran sorpresa me llevé cuando a los cuatro minutos llegó y se llevó al lesionado a un centro médico. En Colombia, este se hubiera muerto porque el auxilio médico se hubiera demorado más de dos horas en llegar, lo que me consta con el accidente en moto de un amigo en Bogotá, acaecido hace 15 días, en el que resultó lesionado junto a su mujer. La ambulancia tardó dos horas para levantarlos y llevarlos a un hospital. Tengo testigos de los dos casos.
La tecnología puede ayudar mucho. Cuando hay un llamado a una ambulancia, el tener un GPS instalado en ella puede servir para recortar el tiempo en llegar al sitio. Pero conociendo a los conductores, algunos no tan acuciosos cuando se juega con la salud, todas deberían tener comunicación digital automática, con un centro de control, en el que se detecte en dónde estaba ubicada cuando fue contactada, cuánto se demoró en llegar, el recorrido que tomó, las horas en que realizó el auxilio y toda la información que permita administrar el funcionamiento de las ambulancias. Este servicio debe generar mucha información, que, usando la tecnología de ‘data analyzer’ o análisis de datos, permitiría saber qué está sucediendo para no prestar un buen servicio y cómo mejorarlo.
Claramente, lo anterior no está funcionando. Se deberían pasar informes a quien administre los servicios de ambulancias, indicando el número de llamadas, el tiempo requerido, el nombre del conductor, el recorrido usado y todo lo que permita valorar y administrar el trabajo de los conductores y asistentes, así como los promedios periódicos por conductor, recorridos y mucho más. Con esto –la implementación de procesos estructurados, mucha información, análisis de datos y una administración eficiente–, este servicio podría mejorar mucho.
GUILLERMO SANTOS CALDERÓNguillermo.santos@enter.co
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