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Pérdida de Panamá y rechazo a la paz: historia de una misma farsa

Pérdida de Panamá y rechazo a la paz: historia de una misma farsa

La mezquindad política de seres ínfimos que la historia no recordará ha sido tradición en nuestra patria. La paz, hoy en el 2016, debe estar por encima de los partidos y de las personas.

Uno de los eventos más representativos de nuestra historia republicana fue la pérdida de Panamá en 1903. La historia de este hecho ha pasado por nuestros textos o bien como un despojo abusivo de Estados Unidos, recordemos la frase “I took Panama” que profirió el presidente Theodor Roosevelt en 1911 durante una conferencia en la Universidad de Berkeley (California), o como una estrategia franco-americana concebida en Nueva York con la anuencia de inversores de primer nivel, como J.P. Morgan, el francés Philippe Bunau Varilla, el abogado William Nelson Cromwell, creador de la firma Sullivan & Cromwell, y el secretario de Estado americano John Hay.

Esas versiones no son falsas; de hecho tienen un fuerte asidero histórico. Sin embargo, como siempre nos ha pasado en Colombia, la infidelidad no está en la calentura de las sábanas, sino en otras razones. Y en este caso tienen que ver con nuestra mezquindad política.

En aquel tiempo, el presidente de la República era el conservador histórico José Manuel Marroquín, quien reemplazó en el poder al presidente anterior, Manuel María Sanclemente, en su calidad de vicepresidente de la República. Las razones de la sucesión de Marroquín son discutibles pero interesantes. En aquel tiempo se acusó a Sanclemente de incapacidad para gobernar, mientras que para otros fue un simple golpe de Estado.

Este hecho fue considerado un acto de guerra por parte del expresidente conservador nacionalista Miguel Antonio Caro, que había promovido en el mandato a Sanclemente para mantener su cuota de poder en ese gobierno. Debe recordarse que la presidencia de Caro fue tan sectaria que condujo al país a la guerra civil de 1895 y a la vergonzosa guerra de los Mil Días.

El expresidente Caro, que para ese momento era senador, se obnubiló y le puso a Marroquín el Congreso de la República en su contra. Muchas iniciativas no le pasaron al presidente.

En los albores de 1903, el presidente Marroquín suscribió el tratado Herrán-Hay, que le otorgaba a Estados Unidos la concesión para construir el canal de Panamá. En el texto se indica que se les otorgaría a los norteamericanos una porción importante de territorio y la concesión por 100 años del canal. Por lo demás, a Colombia se le reconocía la soberanía en todo el departamento.

El negocio no era deleznable. Colombia resolvía una concesión abandonada por los franceses una década atrás y recuperaba una parte del país que había mostrado reticencia a mantenerse en el territorio. Luego de cierta discusión, el tratado fue aprobado por el Congreso de Estados Unidos y cuando le tocó el turno al de Colombia, el expresidente y senador Caro presentó ponencia negativa, y el 18 de agosto de 1903 se denegó el tratado Herrán-Hay, para ponerle un obstáculo a Marroquín. El argumento de Caro era que con ese tratado se menoscababa la soberanía de Colombia.

La historia posterior ya la conocemos. El gobierno de Estados Unidos encontró aliados en Panamá, y con la ayuda de Wall Street y de la armada norteamericana se logró la independencia de aquel territorio en noviembre de 1903.

Lo triste de este desenlace es que una vez se perdió, el beligerante expresidente y senador Caro solicitó una reforma rápida de la Constitución con el propósito de ratificar de forma inmediata el tratado. El mismo presidente pensó en su momento en aprobar vía decreto el tratado, luego de declarar la ley marcial. Estas ideas eran tardías porque el Estado americano ya había reconocido a Panamá.

La mezquindad política de seres ínfimos que la historia no recordará ha sido tradición en nuestra patria. La paz, hoy en el 2016, debe estar por encima de los partidos y de las personas. Las nuevas generaciones merecen que los caminos de la reconciliación se abran y que el nuevo país inicie su destino sin guerras fratricidas.


Francisco Barbosa
@frbarbosa74
* Ph. D. en Derecho Público, Universidad de Nantes (Francia), y profesor de la Universidad Externado de Colombia.

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