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Vida de barrio

¿Qué sería de Getsemaní, ese hermoso barrio de Cartagena, sin su cultura y su gente?

Diana Pardo
¿Qué sería de Getsemaní sin su gente? ¿Qué sería de ese hermoso barrio de Cartagena si se despoja de su cultura? Quedarían sus hermosas y coloridas fachadas coloniales –escenario perfecto de postales de Instagram–, pero el barrio perdería su identidad. Porque el mayor valor de Getsemaní es su gente. Los que viven ahí desde siempre, los que han crecido en sus calles y han jugado en la plaza y han transmitido sus tradiciones oralmente; los carpinteros y ebanistas que llevan generaciones dedicados a estos saberes artesanales. Los vendedores de fruta. Todos ellos.

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¡Se le compra la chatarra! ¡Aguacates, aguacates! Estos pregones se oyen a diario en el barrio y parecen hacer eco en las paredes llenas de grafitis. Y es que conocer Getsemaní es adentrarse en la energía vibrante de sus callejones. Sus habitantes viven con las puertas abiertas: se los ve pelando papas en los andenes, conversando en voz alta como si nadie los oyera y jugando parqués o dominó en mesas largas donde cualquiera es bienvenido. Todos se conocen, y los niños entran y salen de una casa a otra con plena confianza.
Desde hace varios años hemos sido testigos de la transformación de Getsemaní. La llegada de empresarios y turistas extranjeros ha traído, sin duda, oportunidades económicas para el barrio, pero también les ha ido cerrando espacios a los locales, amenazando su forma de vivir. Muchos, de hecho, han tenido que irse por el encarecimiento de los arriendos y servicios.
Los getsemanicenses han aprendido a resistir los aspectos negativos de la influencia externa, y así han logrado preservar la vida típica del barrio y sus tradiciones. Recientemente, algunas organizaciones se pusieron de acuerdo para salvaguardar la riqueza cultural y postularon ante el Ministerio de Cultura una iniciativa para que la “vida de barrio” de Getsemaní fuera incluida en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, propuesta que fue avalada. Otras manifestaciones culturales que han sido incluidas en esta lista son el Carnaval de Barranquilla o el carnaval del diablo de Riosucio.
Tradiciones como el Cabildo, donde se recrea la gesta independentista y se reconstruyen aspectos de los cabildos de la Colonia; los campeonatos de bola de trapo y todos los ritos, fiestas y celebraciones religiosas y gastronómicas que se llevan a cabo a lo largo del año son manifestaciones de una vida sencilla que hacen que este barrio sea único y lleno de magia.
Diana Pardo
@Diana_pardo
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