close
close
Secciones
Síguenos en:
¿Nos quedó gustando la guerra?

¿Nos quedó gustando la guerra?

Si se logra empezar ese proceso, Colombia y nosotros mismos empezaremos a ser muy distintos.

Después de dos semanas fuera del país, es difícil de creer lo que está sucediendo. Cuando el mundo entero está pendiente de la firma del acuerdo del Gobierno colombiano con las Farc, ahora resulta que ¡la mayoría de los colombianos votarían No en el plebiscito! Solo un país tomado por ideas absurdas puede comportarse de esa manera. Y como es difícil creer que hasta ese punto ha llegado la esquizofrenia colombiana, es bueno empezar de inmediato a tratar de entender ese resultado.

Primero, de una vez por todas, la ciudadanía tienen que quitarles la paz a los políticos, y adueñarse de lo que nos pertenece. La capacidad de manipulación de los jefes de los partidos, especialmente de aquellos que funcionan como sectas, como el del expresidente Uribe, o de aquellos nepotistas y misóginos, como el Liberal y el Conservador, es de tal naturaleza que producen desconfianza. Las firmas encuestadoras están en el ojo del huracán y deben demostrar en este momento histórico para Colombia que son realmente serios y que no se van a dejar manipular de nadie. Es hora de darle mucha confianza a la población sobre la transparencia de sus resultados, porque todos estaremos vigilantes. Por favor, no nos decepcionen también ustedes, como lo han hecho los políticos de este país.

Segundo, nosotros los ciudadanos, con los numerosos grupos de apoyo al Sí que hemos conformado, tomémonos el plebiscito y demos cabida a todos, pero con claridad, con argumentos, sin insultos y sin politiquería. Esta ciudadanía ha sido muy pasiva siempre, pero llegó la hora de reaccionar y el país está listo para una población activa. Pero si no se empieza ya a mover la opinión, les quedaremos debiendo el favor a los políticos y debiéndoles el daño también a ellos. Después no nos quejemos.

Tercero, y es tal vez lo más pertinente en estos momentos, hagámonos la siguiente pregunta y respondamos sinceramente: ¿será que nos quedó gustando la guerra? Entre otras, porque no estamos enfrentando exitosamente todo lo que nos avergüenza por no haber conocido lo que significa vivir en paz. No ha podido ningún gobierno, bueno o malo, ocuparse durante los últimos 70 años de lo normal, cuando una sociedad tienen que resolver todos los costos del subdesarrollo, pero sin ocuparse de un conflicto interno.

Cuarto, es hora de que evaluamos el inmenso costo que como generación tendríamos que asumir si perdemos la mejor oportunidad para cerrar estas páginas vergonzosas que han cambiado nuestras vidas. Nos volvieron agresivos o peor, violentos; desconfiados, fáciles de manipular por ideas retardatarias, poco transparentes, conflictivos. Todos esos vicios que, entre la violencia y el narcotráfico, nos han marcado negativamente mucho más de lo que queremos reconocer. Por el contrario, si aprovechamos este momento de “efervescencia y calor”, empezaremos los grandes cambios que se han postergado por décadas.

Quinto, no quedemos ante nuestros descendientes como la generación que no fue capaz de cambiar al país, o por lo menos de dejar el espacio de tranquilidad necesario para sacar a la luz todas esas cualidades que se nos han enredado en medio de tanta sangre, desplazamiento, de tanto egoísmo urbano, de tanta falta de generosidad. No nos vayamos de este mundo con ese cargo de conciencia. Nuestros hijos, nietos y bisnietos no lo merecen. No dejemos la idea de que nos gustó la guerra como manera poco civilizada de vivir.

Sexto, y para lograr lo anterior, no mezclemos la gimnasia con la magnesia. Sí, la situación económica no es la mejor, en parte por culpa de muchos, desde hace tiempo, y en parte porque la posibilidad de la paz nos tocaron en medio de una compleja situación internacional. Pero así es la vida, y no nos enredemos, apoyemos esta, la jugada más seria que ha hecho un presidente colombiano. Si se logra empezar ese proceso, Colombia y nosotros mismos empezaremos a ser muy distintos. Si el mundo entero lo cree así, ¿por qué nosotros no?

CECILIA LÓPEZ MONTAÑOcecilia@cecilialopez.comwww.cecilialopezcree.com

Más de Cecilia López Montaño

Llegaste al límite de contenidos del mes

Disfruta al máximo el contenido de EL TIEMPO DIGITAL de forma ilimitada. ¡Suscríbete ya!

Si ya eres suscriptor del impreso

actívate

* COP $900 / mes durante los dos primeros meses

Sabemos que te gusta estar siempre informado.

Crea una cuenta y podrás disfrutar de:

  • Acceso a boletines con las mejores noticias de actualidad.
  • Comentar las noticias que te interesan.
  • Guardar tus artículos favoritos.

Crea una cuenta y podrás disfrutar nuestro contenido desde cualquier dispositivo.