¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Glifosato: el Gobierno les da la espalda a los derechos reproductivos

Optar por rechazar la evidencia y los conceptos de expertos es darle la espalda a millones.

El Gobierno colombiano insiste en reactivar las aspersiones con glifosato a pesar de toda la evidencia que las organizaciones de la sociedad civil le hemos presentado en contra del uso de ese químico y de que no se han cumplido las condiciones específicas que ha determinado la Corte Constitucional; ahora ha expedido un decreto que busca reanudarlas una vez se surtan otros trámites. Mientras la tendencia en el mundo es la de eliminar el uso del glifosato, Colombia insiste en regresar a él y, lo peor, demuestra desinterés y descuido por las recomendaciones que le hacen organismos internacionales de derechos humanos para que desista de ello.
El pronunciamiento más reciente es el de siete expertos y expertas de Naciones Unidas pidiéndole al Gobierno y al Congreso de Colombia rechazar la reactivación del Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos con Glifosato (Pecig). La petición de estos mecanismos de derechos humanos de la ONU se dio luego de que 16 organizaciones y centros académicos —incluidas Dejusticia y el Centro de Derechos Reproductivos— les remitiéramos información alertando sobre los riesgos que implica volver a ese método de erradicación de coca.
Los mecanismos de la ONU tuvieron en cuenta el informe de la Universidad del Valle sobre los efectos del glifosato en la salud reproductiva, enviado por el Centro, reconociendo que por la exposición al glifosato “se encuentran efectos sobre la fertilidad, abortos espontáneos, efectos perinatales y transgeneracionales”. Sí, hablamos de abortos espontáneos de mujeres que libremente decidieron ser madres y que terminaron perdiendo sus embarazos debido a una política de Estado que viola derechos humanos. No es una casualidad que en el año 2018 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos admitiera el caso de Yaneth Valderrama contra Colombia, una mujer que después de ser asperjada con glifosato sufrió múltiples complicaciones en su salud, incluido un aborto espontáneo, y terminó muriendo a causa de la exposición al químico.
Aunque estos mecanismos de la ONU están conformados por expertos y expertas independientes, el Estado colombiano desestimó sus recomendaciones. Respondió a la ONU en una carta señalando, sin fundamento suficiente, que se trataba de conceptos que prejuzgaban y no tenían base cierta.
El Centro lamenta este tipo de respuestas de Colombia a estos mecanismos expertos e independientes de la ONU y le preocupa que esa inconveniente reacción se convierta en una política para relacionarse con órganos internacionales de derechos humanos. En el último año hemos visto: la revictimización a la periodista Jineth Bedoya al recusar a la mayoría de jueces de la Corte IDH; la respuesta de la Cancillería al informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos 2019, señalando que su informe no era “integral”, “objetivo” ni “imparcial”, y el bloqueo a la última visita que quiso hacer al país el entonces Relator Especial para las personas defensoras de derechos humanos, Michael Frost, además de las objeciones posteriores al informe que él presentó.
El Estado colombiano tiene responsabilidades internacionales para cuidar y promover el respeto por los derechos humanos, las cuales incluyen las recomendaciones que se le han hecho sobre el glifosato. Optar por rechazar la evidencia y los conceptos expertos es darles la espalda a millones de personas en Colombia que merecen una alternativa a la guerra y, particularmente, a las mujeres campesinas que están expuestas a más vulneraciones, como las relacionadas con sus derechos reproductivos que, desde luego, son derechos humanos. Es momento de escuchar, de pensar en otros caminos y de cerrarle la puerta al glifosato en Colombia.
Catalina Martínez Coral
Directora regional para América Latina y el Caribe del Centro de Derechos Reproductivos
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción