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Cómo mejorar el Gobierno

La verdad es que con Duque no solo se desploma el país, también se ha deteriorado la televisión.

No parece que el presidente Duque oiga los consejos que le dan sus asesores, ministros, empleados, parientes y otros. Más aún, no sé si esas personas le dan algún consejo o tengan la capacidad de hacerlo. Su afán diario es la preparación del programa de televisión del señor Presidente. Operación, que, al sentir de muchos, les sale bastante chueca. Ante la evidente falta de interés que tiene por el Gobierno, es mejor recomendarles algunos truquitos para mejorar su telegenia.
Si Duque quisiera una imagen de Presidente, tendría que evitar a toda costa su rígida postura, ahí sentado como si nada fuera urgente, con su minibandera de Colombia y su frasco de gel desinfectante que nunca usa. Tiene demasiada pulserita para ser mandatario. Tampoco debería ser el moderador de la palabra. Está obligado a ser la palabra firme, documentada y final. Poco convencen las excesivas menciones de sus empleados: “Tal como dijo el Presidente”, “Por instrucción del señor Presidente”, “Por orden del señor Presidente”. No son creíbles.
Ya pocos lo ven como Presidente. Se ve que a él le gusta ser presentador, es decir, transmisor de los mensajes de otros. Quizás le gustaría aumentar el rating. Para ello debería acudir a los que han tenido éxito en el pasado. Por ejemplo, Pacheco con 'Animalandia', tema con el que debe sentirse a sus anchas, Gloria Valencia con 'Naturalia' y Dangond con 'Revivamos nuestra historia'. Si nos quiere sorprender, que revise 'Alguien sabe lo que usted no sabe', de Castellanos. Y si se trata de mejorar los diálogos con los miembros del Gobierno, debe repasar las conversaciones de Abelardo y Tito.

Si Duque quisiera una imagen de Presidente, tendría que evitar a toda costa su rígida postura, ahí sentado como si nada fuera urgente, con su minibandera de Colombia y su frasco de gel que nunca usa.

Los consejos son de urgente aplicación, pues ya pocos ven su programa de mensajes equívocos y contraproducentes, como el día sin IVA. Él ya no debe pegarse a una hora antes de los noticieros. Son malos, aburridos y mentirosos. También debe excluir al señor de los mensajes de manos. No aporta, distrae. De nada le servirá descansar en los consejos a su concuñado, el de 'Blu Radio'. Ese también carece de credibilidad, después de tanto tergiversar la realidad para defenderlo. La verdad es que con Duque no solo se desploma el país, también ha deteriorado la televisión. Y solo triunfa el 'Show de Suso', para solaz del televideooyente colombiano que siempre ha demostrado tener un refinado gusto, un alto sentido del humor y una exquisita inteligencia.
Duque debe cambiar. Los que siguen la televisión ya no le dan ninguna importancia al programa presidencial. Una vez terminado Suso, apagan el televisor o se van a programas más serios como el de 'Nuestros antepasados alienígenas'. Por lo menos, allá se salvan de la esquizofrenia de oír que hay más cuarentena, pero con la apertura de muchísima más actividad económica.
Visto el gran interés del Gobierno por la imagen televisiva, más que por los verdaderos problemas de gobierno, que respondan a las grandes necesidades del país, parece inútil recomendar algo en esa dirección. Por ejemplo, ¿va a creer el señor Presidente que es necesario revisar el mediocre plan de inversiones que han elaborado como si todo siguiera igual? No es posible que él, su equipo y su partido crean que no ha cambiado nada. Esta época requiere programas de gran envergadura. Un cambio radical, así sea por lo menos, como en el pasado, el New Deal de Roosevelt.
Claro que eso va en contravía de la intervención del Estado en la economía. ¿Será que se contentan empresarios y financieros con lo que tenemos con tal de que no toquen sus intereses ni paguen más impuestos? La mediocridad de nuestra burguesía teme las acciones audaces. Es mejor alienar al país con un programa anodino de televisión.
Carlos Castillo Cardona
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