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Clima y amor

Clima y amor

El clima habrá que entenderlo en su sentido atmosférico, pero también en el humano y contagioso.

El mundo poshumano se relaciona con la fuerte presencia de la tecnología en el humano, los medios, robótica o las múltiples maneras de la inteligencia artificial, pero también con una réplica al darwinismo evolucionista, que dejó por fuera y en severas condiciones de inferioridad a los animales y las plantas. Los debates crecen, uno de ellos tiene que ver con la ciudad, y otro que podemos prever es la relación de la ciudad con sus ciudadanos luego de la pandemia.

En las ciudades, el paradigma tradicional humanista evolucionó hasta consolidarse una ciudad productiva y competitiva que puede visualizarse en la figura de la smart city, aquella urbe cada vez más tecnologizada y competitiva a la que le fue faltando el humanismo proveniente del paradigma ético renacentista del hombre bueno y atento a los demás.

Debra Shaw, en su reciente libro sobre el espacio urbano y el imaginario poshumano, argumenta la ampliación de la urbanización del mundo: “Cuál es entonces la relación entre la producción del espacio urbano contemporáneo y las nuevas descripciones de los cuerpos que surgen de las ciencias biológicas y de la informática”; a ello lo denomina las ciudades posurbanas.

Sin embargo, la Bienal de Viena, que acaba de abrirse (junio-septiembre), curada por Hubert Klumpner y Lukas Feireiss bajo el lema ‘Planet Love’, se va por el lado contrario y acogiéndose a mis propias teorías de lo imaginario, argumentan que no puede existir un “posurbano” sino una posciudad, pues lo urbano pasa a ser, más bien, las mentalidades con las que vivimos el espacio físico: habrá, sí, posciudad, pero no posurbanismo y, por tanto, la “ciudad imaginada” es la clave, pues es la que portan los ciudadanos en su percepción y uso de la ciudad física y sobre la cual hay que actuar para el cambio. La invitación que hizo Viena a varios artistas contemporáneos, arquitectos, ecólogos y filósofos subjetivistas para que presentaran obras no era para la ciudad física de la eficiencia, sino la del cuidado y afectos que pueden transformar.

“Amor del planeta: cuidado del clima en la era digital” significa tocar una relación nueva entre las personas y el planeta. El clima habrá que entenderlo en su sentido atmosférico, pero también en el clima humano y contagioso para subjetivar la naturaleza: la Tierra es humana y no una cosa. Esa es la Bienal del cambio 2021 de la pospandemia: ver el futuro de la ciudad desde la naturaleza y las tecnologías humanizadas y creativas.

Armando Silva
ciudadesimaginadas@gmail.com

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