¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

La larga marcha de Joe Biden

Joe Biden a la presidencia significará el final de una etapa de pesadilla para Estados Unidos.

A menos de 100 días para las elecciones en Estados Unidos, todo parece anunciar el inicio de una nueva época, con la victoria del demócrata Joe Biden. Un candidato gris, honesto y poco carismático, que representa una derecha civilizada, con algunos componentes socialdemócratas, frente a la ultraderecha montaraz, imprevisible e inmersa en la manipulación y la corrupción de Donald Trump. “El primer martes, después del primer lunes de noviembre”, cuando se celebren los comicios según la ley estadounidense, asistiremos a un general suspiro de alivio.
Así lo anuncian todos los sondeos, que prevén una holgada victoria para Biden, incluso en estados en los que Trump ganó cómodamente en 2016, como Arizona, Florida o Míchigan, y con una ventaja considerable entre los electores negros e hispanos, mujeres y jóvenes. El jueves pasado, el actual presidente dejaba caer en su tuit una maniobra, tan desesperada como inviable: que las elecciones se aplacen, tratando de ganar tiempo y que pase la pandemia, cuya pésima gestión le está suponiendo un tremendo coste de popularidad. Un aplazamiento que jamás se ha dado en Estados Unidos, pero cuya vana pretensión ya anuncia el rechazo de Trump a admitir su previsible derrota.
Joe Biden es un corredor de fondo, con una larga historia de campañas electorales –la primera para el Senado, hace 47 años– y tres intentos de llegar a la presidencia. Su último cargo fue la vicepresidencia con Barack Obama. Biden tratará de arreglar todos los desastres del actual presidente en materia internacional con la ruptura de todos los acuerdos e instituciones: cierre del tratado con Irán en materia nuclear, retirada del Acuerdo de París sobre cambio climático, salida de la Unesco, bombardeo de la OMS... todo para destruir las políticas de su antecesor Obama en política exterior. Por ejemplo, la apertura de relaciones diplomáticas y comerciales con Cuba en 2014, animada por Biden y deshecha por Trump en 2017. O la política ‘de muros’ respecto a la emigración y el asilo, frente a la que Joe Biden propone “humanizar el proceso migratorio y defender el derecho a solicitar asilo”.
Tras la retirada de la lucha por la presidencia del progresista Bernie Sanders, para aglutinar todo el voto demócrata, Joe Biden se comprometió a incorporar algunas de sus más importantes propuestas socialdemócratas, diciéndole claramente en su último encuentro público: “Lo necesito, no solamente para ganar la campaña, sino para gobernar”. Frente a lo que Krugman llama “la respuesta patológicamente inepta de Trump frente al coronavirus”, que incluye, por ejemplo, acabar con el ‘Obamacare’, lo que dejará a 23 millones de estadounidenses sin cobertura médica (“una crueldad insondable”, según la líder demócrata Nancy Pelosi), Biden, siguiendo los planteamientos de Sanders, programa la asistencia sanitaria universal, una renta básica y dar respuesta a las desigualdades raciales.
En suma: el acceso de Joe Biden a la presidencia significará el final de una etapa de pesadilla para Estados Unidos. Y para la humanidad.
P. S. Piedras. En la síntesis de guerras abiertas y situaciones prebélicas en todo el mundo, que incluía en una columna anterior, omití el enfrentamiento latente durante medio siglo entre los dos países más poblados del mundo, China e India (ambos con potencia nuclear), en su frontera sobre el Himalaya. Hace pocas semanas el conflicto se hizo cruento, con un combate cuerpo a cuerpo entre las guarniciones vigilantes de ambos Estados durante toda una noche, en la más completa oscuridad. Como hay un acuerdo bilateral para que los guardas no porten armas, el enfrentamiento se produjo cuerpo a cuerpo, a bastonazos y pedradas. Resultado: 30 indios muertos y un número indeterminado de chinos. China acusa a India de violar su territorio y le advierte que “no juegue con fuego”.
Una vez dijo Einstein: “No sé qué armas se usarán en una tercera guerra mundial, pero puedo decir cuáles se usarán en la cuarta: ¡piedras y palos!”. Hay que agradecer a chinos e indios que se hayan saltado una etapa.
ANTONIO ALBIÑANA
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción