¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Fracaso de las instituciones internacionales en Ucrania

No se ha planteado la posibilidad de intervención de la ONU, máxima instancia para lograr la paz.

Si algo está mostrando la guerra de Ucrania, cuando se cumple un mes de la criminal invasión rusa, es la quiebra de la institucionalidad global, particularmente la poca o nula capacidad de la ONU, pero en general la ausencia de un sistema efectivo que asegure la resolución de conflictos e imponga el respeto al derecho internacional. Según el profesor Adrián Cancio, “la situación de Ucrania nos deja atrocidades irreparables e impensadas, pero también un mundo con un sistema de gobernanza global agotado y sin relevancia”.
(También le puede interesar: Crisis planetarias olvidadas)
Tras la sucesión de dos Guerras Mundiales en la primera mitad del siglo XX, con más de 72 millones de víctimas, se estableció un sistema para la paz universal que pivotó sobre Naciones Unidas, cuya suprema institución, el Consejo de Seguridad, tiene como responsabilidad “mantener la paz y, si se considera necesario, autorizar el uso de la fuerza”. Pero el discurso del martes pasado desde la sede central de la ONU de su secretario general, António Guterres, no pudo ser más decepcionante. La descripción de la situación fue atinada: “Hemos visto el sufrimiento humano espantoso y la destrucción de ciudades y pueblos; el ataque a hospitales y escuelas... ¿cuánta gente morirá en Ucrania?”. Para sorpresa y desolación de quienes llevan esperando desde el inicio de las hostilidades ucranianas la intervención de la ONU, Guterres no hizo referencia a intervención alguna de la institución que preside y que en teoría es la máxima instancia para lograr la paz en el mundo.
Naciones Unidas necesita una profunda reforma (no solo la sustitución de un inoperante secretario general). La institución, nacida de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, está sometida a la férula de un Consejo de Seguridad integrado por las cinco potencias vencedoras de la contienda como miembros permanentes con derecho a voto y veto. Cualquier decisión que afecte negativamente a uno de ellos es neutralizada. Así sucedió cuando se planteó la propuesta de Estados Unidos contra la acción de Rusia en Ucrania: veto y carpetazo. Unos días después, en la Asamblea General de la ONU, solo 4 contra 140 países apoyaron la acción rusa. Para nada sirvió, ya que los acuerdos de la Asamblea no son vinculantes. Tras la votación contra la invasión de Ucrania, los delegados regresaron a seguir contando muertos y refugiados.

Si algo mostró la guerra en Ucrania fue (...) la ausencia de un sistema efectivo que asegure la resolución de conflictos e imponga el respeto al derecho internacional.

En todo caso, las opciones que quedan ante la invasión rusa con sombrías. La menos mala, como sostiene Noam Chomsky, es “apoyar las opciones diplomáticas que aún existen: Estados Unidos debe elegir la diplomacia urgente sobre una escalada militar, pues esta constituiría una sentencia de muerte para la especie. Sin vencedores”.
P. S. Defensa de la verdad. El pasado día 15, la periodista y editora Marina Ovsiannikova irrumpió en el estudio central de la televisión moscovita, en medio del informativo de mayor audiencia, y se situó detrás de la locutora con un gran cartel manuscrito: ‘Paren la guerra, no crean en la propaganda, aquí se les miente’. Inmediatamente fue expulsada. Un viejo amigo, el historiador de origen búlgaro Frank Mintz, me envía las palabras intercambiadas con la periodista después de su acción. “Mi padre es ucraniano y mi madre rusa, nunca se sintieron enemigos... Rusia debe cesar de inmediato esta guerra fratricida... estoy harta de que se mienta desde las pantallas de televisión, hasta permitir que los rusos se conviertan en zombis; nos quedamos mirando en silencio este régimen deshumanizado y ahora el mundo entero nos desprecia. Con nuestra inteligencia debemos parar toda esta demencia: vayamos a las manifestaciones, no temamos nada, no podrán encerrarnos a todos”.
Fueron palabras de Marina, antes de que la dieran por desaparecida.
ANTONIO ALBIÑANA
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción