¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

‘La trinchera infinita’

Nuestra actualidad es un insignificante episodio ante este historia de la Guerra Civil española.

En esta época de encierro obligatorio, de cesamiento de la vida en común, la película 'La trinchera infinita' (Netflix), producción vasca, basada en un hecho real casi imposible de creer, demuestra que nuestra actualidad, con perdón de las medidas de seguridad gubernamentales, es un albur, un insignificante episodio, ante una historia acaecida durante la Guerra Civil española.
Es un extraño thriller que nos conmueve desde el principio, cuando los nacionales del franquismo llegan a un diminuto pueblo de Andalucía, de modestas casas blancas y cielos sombríos, en busca de sus enemigos republicanos y uno de sus concejales, Higinio (Antonio de la Torre), por boca de un soplón es detenido; en una jugada del azar huye de sus captores, tras escamotear las balas opresoras se interna en esas pampas españolas que recuerdan al Quijote y sus molinos alucinatorios.
Escondido tras los matorrales se encuentra a dos copartidarios, y se meten en el fondo de un aljibe con tan mala suerte que el humo de sus cigarrillos alerta a sus sabuesos, que los acribillan a balazos. Higinio se salva, al mimetizarse entre las piedras. Como una sombra más de la noche logra llegar a su casa, donde su esposa Rosa (Belén Cuesta) lo recibe atormentada por su suerte.
A partir de ahí, vivimos en un limbo, en un tiempo suspendido e incierto, pues la mujer tiene que fingir que Higinio ha muerto, entonces comienza una epopeya silenciosa, un acuartelamiento en primer grado, en caletas y espacios de doble fondo para esconderse de la dictadura; luego van a la casa del padre de Higinio, y desde un hoyo observa impotente su velatorio. El amor de la pareja supera angustias y obstáculos, pues además el soplón Antonio, de la otra banda en contienda, acecha porque está seguro de que el finado está vivo.
Un hecho misterioso cercena sus vidas y es el suceso de Rosa con un oficial franquista que delata que entre los amantes existen compartimentos imposibles de afrontar, dolores irremediables que solo el silencio permite curar. En España, a estas víctimas del encierro se las llamó ‘topos’; agazapados tras una pared o en un socavón, sobrevivieron a los daños colaterales de los odios ideológicos. Treinta años permaneció Higinio en estas andanzas, en una vida penumbrosa, hasta que el régimen franquista decretó la amnistía y, entre desconfiado y feliz, pudo ver la luz.
Alfonso Carvajal
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción