El Gobierno de Panamá anunció este miércoles que exigirá visa estampada a los venezolanos a partir del próximo 1 de octubre, una medida con la que busca aumentar la presión contra el Gobierno de Nicolás Maduro y obligarlo a que retorne a la senda democrática.
"Ante la ruptura del orden democrático en Venezuela, situación que pone en riesgo nuestra seguridad, nuestra economía y las fuentes de empleo de los panameños y panameñas, y luego de un profundo análisis, he tomado la decisión de exigir visa a los ciudadanos venezolanos que quieran viajar a Panamá", dijo el presidente panameño, Juan Carlos Varela.
Añadió que la medida migratoria se mantendrá "hasta que se recupere el orden democrático, se restablezca la Constitución y se respeten los derechos humanos en Venezuela".
Varela cumplió así con lo que había adelantado la semana pasada flanqueado por el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, de que en los próximos días anunciaría "medidas que respaldan el retorno al orden democrático a Venezuela y fortalecen la seguridad interna" del país centroamericano.
En una breve alocución televisiva este martes, el mandatario panameño argumentó que en los últimos 6 años han llegado al país cerca de 60.000 venezolanos "que buscan un mejor futuro para ellos y sus familias".
"Son medidas difíciles, pero la situación en Venezuela ha empeorado debido a la decisión de la Asamblea Nacional Constituyente de disolver la Asamblea Nacional Venezolana, irrespetando los principios democráticos, la paz social y actuando contra la voz del pueblo", aseguró el mandatario.
El presidente panameño también indicó que su Gobierno, "consecuente con nuestro compromiso de solidaridad y trato humanitario", otorgará estatus migratorio a los 25.000 venezolanos que fueron "debidamente censados" hasta el 30 de junio de 2017.
Al principio de la reciente crisis venezolana, el Gobierno panameño se mostró dialogante y apostó por el entendimiento, pero en las últimas semanas ha endurecido su discurso y se ha sumado al grupo de países y organismos internacionales que no reconocen la nueva Asamblea Constituyente y piden elecciones libres.
Tras el anuncio, el gobierno de Venezuela acusó a Panamá de acatar una "orden" de Estados Unidos al exigir visado a los venezolanos, una decisión que calificó de "anti-integracionista" a la vez que anunció medidas recíprocas.
"La contribución de l@s venezolan@s a la economía panameña no admite discusión, pero tras la visita" a Panamá realizada la semana pasada por el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, "la orden ha sido dada", escribió el canciller Jorge Arreaza en su cuenta de Twitter.
"Venezuela recibe con indignación medida anti-integracionista de Panamá. Obraremos con reciprocidad y nos reservamos medidas complementarias", advirtió el funcionario.
La presidenta de la Constituyente, la excanciller Delcy Rodríguez, condenó el anuncio de Varela.
"Algún día se sabrán las verdaderas motivaciones" del gobernante panameño "para pagar tributo a EE. UU. hostigando al pueblo de Venezuela", apuntó en Twitter.
El ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, se unió a las críticas. "Es la INDEPENDENCIA nuestro más grande y sublime tesoro. En Venezuela somos independientes! No así el gobierno de Panamá. Que indigno!", señaló el jefe militar en esa red social.
Tras una reunión en junio entre Varela y el presidente estadounidense, Donald Trump, Panamá endureció su discurso ante la crisis venezolana, en medio de protestas contra Maduro que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio.
Hace una semana, en presencia de Pence, Varela avanzó cambios en la política migratoria con los venezolanos pero sin dar detalles.
EFE y AFP
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