Este 5 de marzo, como cada año, desde ese día en 2013 en el que se anunció la muerte de Hugo Chávez Frías, dentro y fuera de Venezuela se recordó al padre de la denominada revolución bolivariana.
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Al ritmo de una banda marcial, miles de soldados marcharon en Caracas para participar en el inicio de unos ejercicios militares organizados en todo el país, que se extenderán durante el fin de semana, aseguró la AFP.
El homenaje, además, se evidenció en redes sociales como Twitter, donde para el mediodía de este viernes, al menos siete de las 20 tendencias más populares en Venezuela estaban relacionadas con Chávez.
Entre los miles de mensajes destacaba el del número dos del chavismo, Diosdado Cabello, quien le rindió homenaje antes que su sucesor, el cuestionado mandatario Nicolás Maduro.
“Es fácil recordarte, mi comandante, estás en todas partes, en la sonrisa de los niños y niñas, en el amor de la mujer, en las manos del obrero, en los ojos del soldado, en el abrazo de la familia, estás en el futuro de la patria”, trinó Cabello.
El propio Chávez, en vida, se encargó de sembrar esa idea. “Ya yo no soy yo, ya yo soy un pueblo, tú también eres Chávez”, le dijo, en una oportunidad, a un niño venezolano.
Y es con este mensaje, precisamente, que concluye el vídeo conmemorativo de este año, y que posteriormente tuiteó Maduro, en el que se ve una dramatización de un Hugo Chávez niño soñar con el Libertador Simón Bolívar y recibir de este la misión de consolidar el proyecto bolivariano.
La suya es, precisamente, una omnipresencia etérea. La mirada, la firma y hasta el rostro del padre de la denominada revolución bolivariana están en todas partes: en paredes, en vallas, en vidrios de carros y hasta tatuados en las pieles de algunos.
Es el famoso “Chávez Vive” que clamó este viernes el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, en el marco de los actos conmemorativos, y que se ha repetido reiteradamente en los actos oficiales celebrados desde su muerte, ocho años atrás. Ese “Chávez vive” que un porcentaje de la población quisiera que fuese verdad.
Según la firma Delphos, de hecho, 40 por ciento de los venezolanos quisiera que Hugo Chávez aún fuese presidente de este país.
“Así no se le pueda llamar culto a todo ese 40%, sí hay ahí una especie de nostalgia y de pensar que con él las cosas no estuviesen como están en este momento”, explicó a EL TIEMPO su director, Félix Seijas, quien recuerda que la partida de Chávez coincidió con el recrudecimiento de la crisis económica, algo que, independientemente de esto, como precisa Seijas, igual hubiese ocurrido.
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Así no se le pueda llamar culto a todo ese 40%, sí hay ahí una especie de nostalgia y de pensar que con él las cosas no estuviesen como están en este momento

Militares participan en un acto en homenaje al expresidente venezolano Hugo Chávez, este viernes 5 de marzo en Caracas (Venezuela).
EFE/ Miguel Gutiérrez
Hay quienes, sin embargo, sí le rinden culto e, incluso, aseguran que les ha hecho milagros.
Así lo pudo constatar, en sus estudios en la zona del 23 de Enero, en Caracas, el periodista y antropólogo venezolano, Luis Alonso Hernández, quien se ha dedicado a la investigación del culto a Chávez, en el marco de su doctorado en antropología social de la Universidad Nacional de San Martín, en Buenos Aires, Argentina.
En esa parroquia caraqueña lo llaman: “Santo Hugo Chávez del 23”, y es el nombre que adorna la fachada de su capilla, a pocos metros del Cuartel de la Montaña, una suerte de mausoleo donde reposan sus restos.
“Yo los llamo devotos solicitantes, porque es un culto más bien utilitario, la gente iba a pedir asuntos que les pedían a Chávez en vida, como casas, intervenciones quirúrgicas, trabajos, entre otros aspectos”, refiere Hernández.
El culto a la personalidad, como explica el politólogo y profesor de Ciencias de la Conducta de la Universidad de Los Andes (ULA), Gustavo Alcántara, consiste en elevar de manera excesiva las cualidades y méritos reales de una persona.
“Se hace con fines políticos en este caso (de Chávez)”, advierte, al tiempo que asegura que el objetivo es el de contar con “compatriotas apasionados y comprometidos con una revolución que les promete un cambio profundo, en el que se premia a un ‘pueblo explotado’ y se castiga a los ‘oligarcas y burgueses parasitarios’ del discurso del propio Chávez”.
Para esto, asegura Alcántara, se utilizan dicotomías, y es aquí donde aparece como elemento importante a destacar el discurso populista de izquierda: “Va a alimentar el culto hacia una figura protectora de los desposeídos, un benefactor de los pobres, algo así como un padre amoroso hacia su pueblo, que fue abandonado por ‘políticos corruptos e irresponsables’ de una ‘falsa democracia’ que gobernó a Venezuela durante 40 años, eso según el discurso oficial que viene siendo construido desde que aparece Hugo Chávez en el escenario político”.
Detrás de todo culto, insiste el psicólogo social y profesor de la Universidad Central de Venezuela, Tomás Palacio, hay una intencionalidad.
Con la elevación de Chávez este especialista asegura que se busca distinguirlo: “Se elabora un culto y esa figura de culto, por supuesto, es mucho más importante, significativa, representante, trascendente que cualquiera de los que pudieran considerarse sus contemporáneos o sus pares”.
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Fotografía de una estatua del expresidente venezolano Hugo Chávez durante una homenaje militar hoy en Caracas (Venezuela).
EFE/ Miguel Gutiérrez
Para el periodista y antropólogo Luis Hernández resulta curioso que entre los creyentes de Chávez que pudo conocer en sus visitas anuales, cada 5 de marzo, a la capilla del 23 de Enero, hubiera marxistas que lo enmarcaban en la categoría de “muerto poderoso”, para alejarlo de lo eclesial, pero que también hubiera personas con trayectoria católica que sí lo consideraran santo, “tan oficial como los del Vaticano”, dice.
Y detectó un tercer grupo que lo consideraba un “ser vergatario”: “Una figura sagrada autónoma para actuar, que no necesita de un dios o de una figura superior (…) por eso lo consideran un enviado divino”.
Su “sacralización” –recuerda Hernández y refuerzan otros especialistas– antecede a su muerte.
“Cuando se da la intentona golpista, en el (año) 92, apareció Chávez, y una oración se expandió por las barriadas populares de Caracas”, dice, al recordar la versión chavista del Padre Nuestro del catolicismo.
Según Alcántara, fue ese año, en el que se le dio tribuna para que hablara por primera vez en televisión, cuando comenzó la narrativa histórica del personaje de Hugo Chávez.
“Son importantes los apelativos. Juegan un papel fundamental en la construcción de ese culto. Durante la campaña era el comandante Chávez, durante el gobierno el comandante supremo, y ahora tras su fallecimiento el comandante eterno”, acotó.
Hernández asegura que desde aquella primera aparición en escena, entre los seguidores de María Lionza, una suerte de deidad del espiritismo, se consideraba a Chávez como el enviado de Bolívar o su reencarnación.
Este especialista, de hecho, está investigando conflictos que comenzaron aparecer entre los marialionceros, porque algunos –asegura– reniegan que se invoque a Chávez –como él ha podido constatar que se está haciendo– pues aseguran que se necesitan más años para que un espíritu sea invocado
Pero este culto a Chávez, que tendría devotos, particularmente, en las zonas populares de Caracas, donde según Hernández “no hay una diferenciación entre la religiosidad y la política”, estaría comenzando a mermar.
“En los primeros 6 años hubo un auge considerable (…) El año pasado yo fui y me impactó que fue muy poca gente, por lo menos a la capilla San Hugo Chávez del 23”, dice el periodista y antropólogo, quien acostumbraba a ver allí a “devotos solicitantes” de todo el país.
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En los primeros 6 años hubo un auge considerable (…) El año pasado yo fui y me impactó que fue muy poca gente

Una manifestante a favor de Nicolás Maduro sostiene una pancarta que muestra al expresidente Hugo Chávez.
AFP / Yuri CORTEZ
La firma Delphos ha podido detectar un “declive importante” en el apoyo al gobierno “revolucionario”, de ese 40/45 por ciento que tuvo hasta 2012, con Chávez vivo, al 12/15 por ciento de la actualidad, con Nicolás Maduro.
Y hay más: según detalló Félix Seijas a este diario, el chavismo declarado, en este momento, es de alrededor del 25 por ciento.
Maduro, ciertamente, no es ni la sombra de Chávez. Y él parece entenderlo. “A 8 años de tu siembra, reitero el esfuerzo y el compromiso de estar a la altura de la tarea que me encomendaste por la felicidad del pueblo”, trinó el cuestionado mandatario venezolano, en la mañana de este viernes.
“Yo diría que la misma crisis del país es tan fuerte que ha impactado obviamente en el culto. Ya el devoto se torna un poco más crítico. Yo hablo en el 23 de Enero con algunas devotas solicitantes y ellas plantean que le piden a Chávez que salve a la revolución y para que Maduro no siga metiendo la pata, lo dicen con mucha convicción”, asegura Luis Alonso Hernández, para quien resulta curioso que devotos cuestionen la propia revolución de la que forman parte y cuyo creador han santificado.
Los números de Delphos apuntan a que entre 12 y 15 por ciento de personas dicen apoyar al chavismo, pero no a Maduro.
“Eso no quiere decir que no vayan a terminar votando por el Partido Socialista Unido de Venezuela (…) la mitad con toda seguridad vuelve a vota por el PSUV (…) le tienen mucho miedo a la oposición y siguen esperando que ocurra un milagro dentro del PSUV y la cosa se enderece”, advirtió Seijas.
Desde su experiencia en el área de la psicología social, el profesor Palacio asoma que el culto a Hugo Chávez ha tenido “muy poco impacto” y “muy poca influencia” en la vida de los venezolanos en general.
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“En términos psicosociales uno podría también insistir en que a medida que pase el tiempo, ese proceso de habituación va a ir minando cada vez más ese potencial culto a la figura de Chávez, igual que lo ha hecho con el culto a Bolívar, que es un culto muchísimo más viejo, y que, a diferencia del que se ha podido generar alrededor de la figura de Chávez, tenía una característica muy particular y era que la figura de Bolívar no era una figura polarizante, no era una figura cuestionada por grupos importantes de la sociedad, lo cual sí ocurre en el caso del expresidente Chávez”, acotó Palacio.
“Obviamente en estos momentos, se pudiera decir que frente a signos de que ese culto está declinando, de que cada vez son menores las personas que se adhieren a él, quienes están a favor o interesados de mantenerlo, tienen que hacer esfuerzos mayores de mantenerlo vivo”, agregó.
Sin embargo, el politólogo Alcántara considera que este culto a la personalidad de Hugo Chávez sí se va mantener “por unos cuantos años”, debido a la historia de Venezuela, con apenas 40 años de experiencia democrática.
“Eso depende de la propia dinámica de los cambios sociales y políticos que se vengan dando en Venezuela”, explica Alcántara, quien hace referencia a la experiencia de otros países, como Argentina, donde el culto a la personalidad de Evita Perón sigue intacto, incluso –acota– después de muchos años y muchos gobiernos, cosa que aún no ocurre aún en Venezuela.
ANDREÍNA ITRIAGO
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
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