El representante de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) en Colombia, Jozef Merkx, habló con EL TIEMPO sobre la situación de los migrantes venezolanos en el país durante la pandemia del covid-19, y afirmó que “es muy urgente abordar el tema de albergues y alojamientos” para esta población, cuyo “gran drama” es la “caída de los trabajos”.
Merkx hizo un llamado a “mostrar solidaridad con la población venezolana” y se refirió al panorama que se vive en la frontera en Cúcuta y a la necesidad del apoyo para evitar que se incremente la discriminación. “El coronavirus no tiene nacionalidad, tenemos que trabajar todos juntos para evitar el peligro y el contagio del virus”, afirmó.
¿Cómo ve Acnur la situación actual de los migrantes venezolanos en Colombia?
Todos sabemos que hay 1,8 millones de refugiados migrantes en Colombia y que están en muchas partes del país, no solamente en la frontera, Cúcuta, Arauca, La Guajira, sino también en Bogotá y en las ciudades grandes. Con la crisis del covid-19, se ha complicado la vida para ellos porque muchos perdieron sus ingresos, su trabajo, sus medios de vida y están en situaciones bien complicadas. No tienen para sustentar sus necesidades básicas.
Entonces, muchos están muy preocupados y les cuesta aguantar la cuarentena. La mayoría sigue aguantando y tratando de pasar este tiempo difícil, pero nos preocupa porque muchas personas necesitan apoyo para pagar el alquiler, acceder a los servicios de salud, comprar la comida, etc.
Como Acnur, y no solo Acnur, OIM y otras agencias de las Naciones Unidas y oenegés, estamos tratando de acelerar varios programas de apoyo. Uno de ellos, que es bien importante, es un programa para entregar transferencias monetarias a las familias más vulnerables para que puedan tener un apoyo en su ingreso, justamente para atender sus necesidades básicas.
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Usted menciona que están en este momento desarrollando estos programas de apoyo para esta población vulnerable. ¿Qué monto está destinado para esto?
Son varios fondos. Somos 68 organizaciones que trabajamos en un mecanismo de coordinación que se llama el Grupo Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos, y cada una tiene su presupuesto. Muchos ahora están trabajando, por ejemplo, en este tema de transferencias monetarias.
Como Acnur tenemos fondos bastante grandes, estamos llegando a unas 8.000 o 9.000 familias con este apoyo. Pero también hay otras organizaciones, como el Programa Mundial de Alimentos, oenegés grandes como el Consejo Noruego de Refugiados, Acción contra el Hambre, y estamos llegando a cerca de 100.000 familias para esas transacciones monetarias.
El coronavirus no tiene nacionalidad, tenemos que trabajar todos juntos para evitar el peligro y el contagio del virus
Pero no es suficiente porque las necesidades son muy grandes. También vemos que es muy urgente abordar el tema de albergues, alojamientos, porque muchas personas no pueden pagar el alquiler, y, aunque están prohibidos los desalojos, hay gente que no puede quedarse en su alojamiento.
¿Desde Acnur ven que la cuarentena por el covid-19 esté afectando a los migrantes venezolanos de manera desproporcionada?
Está afectando a toda la población, sobre todo a la población pobre en Colombia, no solo a los refugiados migrantes, sino también otros grupos en la sociedad. Pero sí es cierto que los refugiados migrantes están en una situación muy complicada porque muchos de ellos dependían también de la economía informal, de un trabajo en el rebusque. Como ahora con la cuarentena no pueden salir oficialmente a la calle, les es muy difícil aguantar esa medida y tener mínimos ingresos para sobrevivir.
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Una de las imágenes que más se han repetido en la cuarentena ha sido la de varias familias venezolanas que han intentado regresar a su país. ¿Cuáles han sido los principales obstáculos que ha identificado Acnur para estos migrantes refugiados que están intentando volver a Venezuela?
El primero es que estamos en plena cuarentena. Nosotros estamos hablando con las autoridades para ver cómo abordarlo, pero estamos muy preocupados de que la gente se mueva durante la cuarentena, camine en la carretera o salga a buscar buses porque es un tema que trae consigo un peligro de contagio, y eso requiere una respuesta de las autoridades de salud.
Estamos trabajando con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para asegurarnos de que la gente no corra demasiado riesgo de estar en las carreteras, en espacios públicos. A veces hay concentraciones en parques y eso podría complicar el tema sanitario. No estamos promoviendo estos retornos ni tampoco facilitándolos porque nos preocupan estos movimientos en estos tiempos de covid-19.

Jozef Merkx pide que se proteja a la población civil de las zonas afectadas por el conflicto.
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Con respecto al asunto de la frontera, la semana pasada se decía que unos 800 venezolanos estaban atrapados allí tratando de cruzar hacia el lado venezolano. ¿Cuál es el diagnóstico que tiene Acnur de la situación que se está viviendo allí?
Es justo lo que estamos viendo en Cúcuta y Villa del Rosario, pero también en Arauca, tal vez un poco menos en La Guajira. Pero en Cúcuta ha habido un represamiento bastante grande y todavía sigue porque están llegando sobre todo muchos caminantes, que parten desde Bogotá o desde Bucaramanga y llegan a la frontera.
Pero no todos a la vez pueden cruzarla porque hay un control de las fronteras, y en los últimos días, Venezuela ha aceptado como a 300 personas por día, pero están llegando más. Esto causa este cuello de botella, que en sí genera un problema grande porque la gente quiere apoyos humanitarios. Estamos discutiendo en estos días cómo podemos responder a esta situación tan complicada en la frontera.
¿Los departamentos o ciudades fronterizas son los que requieren más atención en cuanto a la respuesta que se debe dar a las necesidades de los migrantes venezolanos o han identificado otros lugares del país diferentes donde también se necesita?
Ahora, justo por esos represamientos, hay muchas necesidades en la frontera, en Arauca, en Cúcuta. Claro, no hay que descuidar otros lugares en Colombia porque hay población refugiada migrante en muchos sitios y todos tienen necesidades básicas que hay que apoyar.
También hay que apoyar para que no se incremente la discriminación de la población venezolana. Siempre estamos diciendo que el coronavirus no tiene nacionalidad, tenemos que trabajar todos juntos para evitar el peligro y el contagio del virus.
Muchas organizaciones estamos aportando al sector de salud para que se preparen mejor, con nuevos equipos, nueva infraestructura, con tapabocas y equipos de bioseguridad, para que también podamos incluir en la respuesta al covid-19 a la población refugiada. Para nosotros es muy importante la palabra inclusión, que todos tenemos que combatir el virus juntos y la pandemia nos puede afectar a todos.
No estamos promoviendo estos retornos ni tampoco facilitándolos porque nos preocupan estos movimientos en estos tiempos de covid-19
Usted afirmó que están trabajando en ver qué alternativas hay para solucionar asuntos relacionados con albergues y alojamientos. ¿Qué estrategias se están pensando para traer una solución?
En los últimos días abrimos un albergue nuevo en Bucaramanga y vamos a abrir otro en Bogotá; hay necesidad de alojamiento para muchas familias refugiadas y migrantes.
Pero también, el tema de transferencias monetarias. Casi que se podría llamar un subsidio al arriendo para que la gente por lo menos pueda quedarse y vivir donde está ahora. Pensamos que tenemos que pasar este periodo de cuarentena para que la gente pueda aguantar y tomar una decisión, si quiere regularizarse más en Colombia y seguir donde estaba trabajando antes.
Hemos hecho una encuesta, y la mayoría de los venezolanos estaba trabajando de una u otro manera, pero ahora todos estos trabajos han caído y ese es el gran drama para la población venezolana.
¿Cómo pueden los migrantes venezolanos acceder a estas ayudas que usted dice que se vienen organizando desde varias entidades multilaterales?
Primero, tenemos que repetir que no hay suficiente para todos. Hay que priorizar a las personas más vulnerables, las familias, las mujeres con niños. Hemos abierto varias líneas telefónicas. Como Acnur tenemos más de 50 líneas donde atendemos a la población y a las familias más vulnerables. Eso puede ayudar para informarle a la gente sobre las opciones que tiene.
La gente puede llamar, escuchar, recibir la información correcta. Eso también es muy importante para que la gente tome decisiones con información a la mano, porque muchas veces hay bastante desinformación, muchos rumores y eso tampoco ayuda.
¿Cuál es la situación respecto a los niños que son migrantes y están tratando de sobrevivir en plena cuarentena?
Ahí trabajamos mucho con el ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar). Es un problema para todas las familias, pero también para las familias refugiadas y migrantes. Muchos niños y niñas venezolanos asistían a las escuelas, pero ahora con las escuelas cerradas también pasan mucho más tiempo en casa. Muchos venezolanos no tienen acceso a internet, entonces, para los padres también es difícil seguir con la educación, las tareas, y eso complica la vida en muchas familias refugiadas y migrantes.
¿Hay un cálculo de la cantidad de venezolanos que han querido regresar a su país durante la coyuntura de la pandemia?
Estamos hablando con el Gobierno, con Migración Colombia, con Presidencia. Cuando se cerró la frontera el 14 de marzo hubo un grupo grande, pero muchos era pendulares, personas que venían a Colombia a comprar. Regresaron unos 35.000 en los primeros días después del cierre, y a partir del 4 de abril también regresaron otras 35.000 o 36.000 personas. Entonces, ya podemos decir que más de 70.000 personas han regresado a Venezuela.
¿Tienen información de qué sucede una vez los migrantes pasan a territorio venezolano?
No tenemos mucha información. Sabemos en este momento que las autoridades en Venezuela están pidiendo control en la frontera. No pueden recibir números muy grandes. Y eso es justo lo que está causando este embudo, este represamiento, porque también hay, y lo entendemos, dentro de Venezuela muchos retos para recibir a la gente.
¿Cómo está Colombia con respecto a otros países de América Latina en términos de la atención que se les está dando a los migrantes venezolanos?
Yo creo que están haciendo un gran esfuerzo. El Gobierno de Colombia, también el mismo presidente (Iván Duque), siempre ha dicho que hay que incluir a la población venezolana en la respuesta de salud que en estos días requerimos. Hay buena voluntad de trabajar en la integración socioeconómica, pero ahora la cuarentena nos ha complicado todo.
En otros países de la región, como en Ecuador, hay muchos retos también, inclusive la crisis del coronavirus es más grave allí, en Perú, en Chile. También hemos visto que personas refugiadas y migrantes están en una situación muy difícil en esos países y están tratando de retornar a Venezuela.
Hemos visto cruces en la frontera, cuando oficialmente todas las fronteras están cerradas, y eso causa retos de protección. La gente empieza a utilizar las trochas, que también existen entre Ecuador y Colombia o entre Perú y Ecuador.
¿Qué sería lo más urgente para evitar que se sigan dando esos procesos en un momento en el que se está en una emergencia sanitaria?
Siempre hacemos llamados al pueblo colombiano a mostrar solidaridad con la población venezolana. No están aquí como turistas, no están aquí voluntariamente porque salieron de Venezuela por causa de la crisis que se vive en el país vecino. Pero ahora su vida se complicó mucho y entre todos tenemos que combatir cualquier brote de xenofobia. Es importante no solo hablar de números y de problemas, sino también de historias personales.
¿Para Acnur ha representado un reto trabajar en un escenario que antes no se había presentado como este de la pandemia?
Sí, es nuevo para todos nosotros y estamos tratando de responder de la mejor manera posible. Yo diría que todos estamos aprendiendo y aquí estamos todos los días hablando con el Gobierno, que también está tratando de apoyar.
Hace poco trabajamos con el Gobierno, que consiguió 200.000 mercados, los cuales estamos distribuyendo a familias venezolanas. Yo creo que hay que juntar todos los esfuerzos, también del sector privado, de organizaciones, para hacer lo mejor posible para esta población que ahora sufre tanto.
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