La utilización de los recursos del Estado, el cierre de medios y la inhabilitación de candidatos, al estilo de Daniel Ortega en Nicaragua no funcionaron para que el chavismo pudiera continuar con su poderío en el estado Barinas. El 9 de enero se fueron 22 años de gobierno de la familia de Hugo Chávez y la oposición asumió las riendas de la llamada “cuna de la revolución”.
Sergio Garrido, por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) obtuvo 172.497 votos lo que equivale a 55,36 por ciento; mientras que Jorge Arreaza, excanciller, exministro y yerno de Hugo Chávez sacó 128.583 votos llegando a 41,27 por ciento. La oposición celebra pero también hay varios aspectos a reflexionar.
Para muchos era impensable que en Barinas ganara la oposición. Padre y hermanos de Chávez hicieron de ese lugar su feudo, pero el 21 de noviembre con una diferencia de unos 100 votos, Freddy Superlano dio la primera estocada por lo que desde el Gobierno se hizo lo imposible para convocar a nuevas elecciones e intentar salvar la moral chavista, por lo que el 9 de enero las condiciones no fueron más sencillas.
Medina cree que en estas elecciones no solo hubo abuso del poder sino que las condiciones eran peores del 21 de noviembre. “Los rojos intentaron trasladar el modelo de Nicaragua , inhabilitar a todos los que quisieran ser candidatos , cercenar la libertad de expresión, pero el experimento de Nicaragua no funcionó”, dice a EL TIEMPO el exdiputado.
Ha sido una derrota dura y amarga para el gobierno de Nicolás Maduro, pero eso no significa que el madurismo se haya debilitado, o al menos así lo cree Jesús Yánez, integrante de la MUD, quien explica que el gobernante venezolano a nivel internacional intenta demostrar que es un presidente democrático que acepta una derrota de este tipo y que “está acatando la voluntad de la gente”.
Los rojos intentaron trasladar el modelo de Nicaragua , inhabilitar a todos los que quisieran ser candidatos , cercenar la libertad de expresión, pero el experimento de Nicaragua no funcionó
Para Yánez “el madurismo sale fortalecido y la familia Chávez queda reducida”. Sin embargo, el chavismo sigue como una realidad “con la que hay que buscar mediar para una transición pacífica”.
Ambos analistas coinciden en que si la oposición sabe “administrar con humildad” este triunfo, es un apalancamiento para futuras acciones así como para recuperar el voto como vía para la reinstitucionalización del país.
El nuevo gobernador de Barinas ha dicho que no perseguirá a sus oponentes y que por el contrario trabajará para solucionar los problemas de ese estado, sin embargo, un temor de los sectores políticos es que se le imponga lo que el régimen ha llamado “protectores” que son funcionarios con más poder que los mandatarios regionales que incluso llegan a manejar recursos, anulando las funciones de los gobernadores.
Con el resultado de Barinas también queda claro que los liderazgos regionales comienzan a ganar espacios así como quedó demostrado el mismo 21 de noviembre . Con esta victoria, la oposición se adjudica cuatro gobernaciones de 23, siendo Barinas la más significativa, pero sin olvidar Zulia y Cojedes que también fueron arrebatadas al chavismo.
Juan Guaidó insistió en que la “la cuna de la revolución” dio una lección de resistencia y de humildad, haciendo énfasis en la importancia de los liderazgos regionales.
Luego de esto, la oposición tiene el reto de esforzarse por mantener la unidad nacional para lograr sus objetivos. Luis Vicente León, analista político, cree que este triunfo es un símbolo para respaldar la participación electoral pero además con la articulación de la oposición institucional “alrededor de una campaña homogénea y la concentración del voto en las fuerzas reales de la oposición sin hacer el juego a los divisionistas”.
Ana Rodríguez Brazón
Corresponsal de EL TIEMPO
CARACAS - VENEZUELA