Con el anuncio de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de que no hay condiciones para iniciar una fase de diálogos con el Gobierno venezolano y que el Ejecutivo debe pasar de las buenas intenciones a los hechos, fracasan, por segunda vez en menos de un año, los intentos de abrir una negociación entre las principales fuerzas políticas del país.
La MUD, coalición de los principales partidos de oposición venezolanos, dirigió este miércoles una carta al presidente dominicano y promotor de este nuevo intento de acercamiento, Danilo Medina, en la cual asegura que “todavía no hay un ambiente propicio para continuar con la fase de conversaciones exploratorias fijada para el 27 de los corrientes en Santo Domingo”.
Los opositores apuntan que el Gobierno venezolano aún no propone al tercer país que sería garante de las conversaciones y tampoco ha dado indicios de avanzar en los preacuerdos asumidos hace tres semanas, como el respeto del debido proceso a los presos políticos o el respeto a las leyes electorales con ocasión de las elecciones regionales del 15 de octubre.
La posibilidad de iniciar un diálogo con el gobierno de Nicolás Maduro es riesgosa para la oposición tras cuatro meses de protestas que dejaron 133 personas asesinadas, la mayoría por la fuerza pública.
Por su parte, el canciller dominicano, Miguel Vargas, dijo anoche que “es muy seguro de que esta misma semana se retome la participación de ambas partes (oposición y Gobierno) aquí en Santo Domingo. Más adelante les avisaremos con precisión la fecha de ese encuentro, aquí en la República Dominicana”.
En medio de la destrucción del aparato productivo y la caída en la calidad de vida, buena parte de la militancia opositora dice que un diálogo solo daría oxígeno político al régimen para continuar con la instalación de la revolución bolivariana, tal como ocurrió con el intento fallido de negociación de octubre del 2016, en el que medió el Vaticano. Al igual que lo sucedido en ese entonces, cuando el régimen suspendió el referendo revocatorio presidencial que adelantaba la MUD, la oposición está en un limbo político en el cual ya no protesta en las calles y se apresta a participar en la elección de gobernadores para tratar de no perder espacios de poder.
Los análisis apuntan a que Maduro quiere establecer una mesa de diálogo que le ayude a recomponer su imagen, suavizar el impacto de las sanciones de EE. UU. y evitar sanciones futuras como las que amenaza desde hace semanas la Unión Europea.
Sobre esa base, este nuevo fracaso de intentar establecer un diálogo luce más perjudicial para la administración de Maduro, que ve cómo se limita cada vez más su capacidad de maniobrar en el mercado financiero internacional.
A pesar de que las encuestas indican que la oposición es mayoría electoralmente, la instalación de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente es percibida como una amenaza que podría acabar con cualquier forma republicana de gobierno y delinear un mapa de poder chavista.
“Estando en República Dominicana hemos sentido que hay deseo de avanzar (por parte de los representantes del Gobierno), pero llegó el momento de decir: queremos obras, queremos hechos, no buenas intenciones”, dijo el diputado Luis Florido, vocero del equipo negociador de la oposición. “Los requisitos son una muestra de querer avanzar: es decirnos con hechos, y ya no con palabras, que ellos quieren avanzar en un acuerdo. “No podemos ir a República Dominicana para hablar de cualquier cosa, tenemos que ir a hablar de los temas previstos,” afirmó.
La MUD exige al Gobierno cumplir con cuatro requisitos para continuar con las “reuniones exploratorias” bajo el aval del presiente Medina. Entre las peticiones figuran el cese de la “violación sistemática de los derechos humanos”, incluida la “reducción” de los políticos presos en cárceles del país, garantías “democráticas” para las elecciones de gobernadores a mediados de octubre y nombramiento de otro país garante para acompañar a México, Chile, Bolivia, Nicaragua y Paraguay, detalló.
Este martes, el mandatario criticó “la obsesión de la derecha mundial” con su país, en referencia a las declaraciones del jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien dijo el martes, tras una reunión con Donald Trump, que Venezuela se encamina hacia una “dictadura”. “Que hable de España, que hable de Cataluña, que hable de los problemas entre Estados Unidos y Europa, pero que se olvide de nombrar a Venezuela, que es una patria de dignidad”, dijo Maduro en un acto público.
VALENTINA LARES MARTIZ*
Corresponsal de EL TIEMPO
* Con Reuters
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