Como vendedores ambulantes, pero de noticias, un grupo de universitarios venezolanos se suben a los buses de Caracas y vocean a los pasajeros los titulares del día, esos que no se anuncian en ninguna de las cadenas tradicionales del país, que están bajo el control oficial y la censura del régimen de Nicolás Maduro.
Con un marco de cartón que imita la pantalla de un televisor, se paran frente a su audiencia y recitan: “(...) En nuestra sección ‘Caucho Today’, el dato del día: Un caucho (llanta) de este autobús cuesta alrededor de 80 mil bolívares soberanos, es decir, 8 millones de bolívares fuertes. Para comprarlo, es necesario trasladar aproximadamente a 16 mil pasajeros. Cuando empezamos esta sección, hace 10 meses, un caucho costaba tan solo 500 bolívares fuertes. (...) Y mientras tanto, en Caracas continúan las colas por el pan. Esto fue El Bus TV, muchas gracias por su atención. Seguiremos informando”, se ve en un video publicado en redes sociales la semana pasada.
Esta iniciativa de estudiantes (nominada al Premio Gabriel García Márquez de periodismo 2018, en la categoría Innovación) ya cumple año y medio de informar ciudadanos en el transporte público de la capital venezolana, y representa una de las muchas formas en las que cientos de reporteros han reinventado el periodismo en su país para cumplir con un servicio público que hoy se ha vuelto más importante que nunca, en medio de la sequía de información que deja a los ciudadanos a oscuras y sin herramientas para debatir o abordar los temas que los afectan diariamente.
El discurso oficialista, la desinformación, y la hostilidad hacia la prensa y los periodistas independientes ha sido común desde 1998, cuando el teniente coronel Hugo Chávez llegó al poder.
En su mandato, a la par que el autoritarismo, fue aumentando la represión y la censura como método para ocultar las fallas de su gobierno. Pero fue con la llegada de su heredero Maduro al Palacio de Miraflores, en el 2013, que el intento de aniquilar la libertad de prensa y el derecho a informarse se sintió con más fuerza en el país.
Según el Instituto de Prensa y Sociedad en Venezuela (IPYS), tan solo este año, entre enero y octubre de 2018, 33 medios impresos salieron de circulación y nueve portales digitales fueron bloqueados.
Además, los periodistas se encuentran bajo constante amenaza de ser detenidos por la Guardia Nacional y el Servicio de Inteligencia (Sebin).

En febrero de 2017 fue sacado del aire CNN por petición del presidente Nicolás Maduro, luego de que el canal presentara una investigación en la que se ven implicados funcionarios del gobierno.
Carlos García / Reuters
Uno de los casos más conocidos es el de Jesús Medina, un reportero gráfico venezolano que fue arrestado el 29 de agosto pasado, cuando ayudaba a dos periodistas peruanos en una investigación para mostrar la situación del sistema de salud en el país.
“Él (Medina) los acompañó al Hospital Universitario de Caracas, y el Sebin se los quiso llevar a todos. Pero él los salvó diciendo que no los conocía, según contaron los mismos reporteros peruanos”, contó a EL TIEMPO la corresponsal de Caracol Televisión en Caracas, Beatriz Adrián, quien por más de 20 años ha trabajado como periodista en Venezuela.
En un mensaje enviado a un amigo, Medina dio un testimonio de su estado. “Perdí casi ocho kilos y se me está cayendo el cabello, no es muy fácil aguantar esta situación. (...) Lloré de los golpes de olvido, mas no lloré de los golpes corporales”, escribió el reportero, conocido en el medio por denunciar al gobierno de Maduro.
Aunque la detención de Medina y otros periodistas es hoy en día una de las prácticas habituales del gobierno, esto no siempre fue así. Antes de la era chavista, existían garantías para la libertad de prensa, según contaron a este diario varios periodistas venezolanos.
“En Caracas había más de 11 periódicos y se podía encontrar diversidad y pluralismo, por supuesto con fallas, pero era un ambiente vibrante en el que ser periodista era algo muy deseable
Entre el 2005 y 2017, 99 medios de televisión y radio fueron censurados, de acuerdo a las cifras del IPYS. Según el director regional para América Latina de Reporteros sin Fronteras, Emmanuel Colombié, esta censura se caracteriza por varias acciones, "una de ellas es que a través de la Comisión Nacional de Comunicaciones (Conatel) cierran poco a poco los canales de radio y de televisión críticos”, explica.
Tal fue el caso de Radio Caracas Televisión (RCTV), uno de las cadenas informativas más grandes del país, que en 2006, fue calificada como "un medio golpista" por el entonces presidente Hugo Chávez, quien impidió que se renovara la concesión a RCTV, que vencía en 2007.

Hugo Chávez sostuvo que la negativa a la renovación de RCTV se debió a la supuesta posición tomada por la cadena durante el golpe de Estado de 2002.
Chico Sánchez / EFE
“Los medios tradicionales mantienen una relación de tensión porque constantemente los están amenazando con quitarles la concesión. Y en el caso de los medios digitales, sobre todo los independientes, no mantienen la relación institucional de una democracia”, dijo la directora Reyes, quien agregó que "el periodismo venezolano como industria está prácticamente eliminado.
Reinventarse para sobrevivirPese a los constantes ataques y amenazas, muchos periodistas resisten desde la clandestinidad y son recursivos a la hora de buscar información y de informar.
Las redes sociales han sido los grandes aliados, así lo afirma el periodista de la plataforma digital Runrunes, Nelson Eduardo Bocaranda, los medios digitales han sido el escape a la censura. "Las redes sociales y las plataformas digitales son las que nos han ayudado a mantener a la gente informada. (...) En la actualidad, todos los medios que formamos parte del ecosistema digital y tratamos de hacer contrapeso al gobierno, estamos aliados en una rebeldía, lo que nos hace impulsar mucho más nuestros trabajos y tratar de maximizar el efecto que puedan tener dentro de nuestras comunidades digitales".
El periodismo es un acto de rebeldía y creo que así es como nosotros lo hemos asumido
Beatriz Adrián cuenta esta anécdota “creamos grupo de Whatsapp para compartir información de lo que sucede en las regiones. (...) El gobierno en este momento quiere ponerle el guante a Twitter, están creando una ley del ciberespacio. Diosdado Cabello dijo que era una buena idea para poder controlar los medios digitales”, alertó.
Armando.info, La Patilla, El Pitazo, El Nacional, Cactus 24, Madurdas, Vivoplay, VPI, Capitolio TV, son varios de los portales administrados por periodistas venezolanos que han sido bloqueados por Maduro, pero que están activos en otros países para que la comunidad internacional no pierda de vista la situación de Venezuela.
Todos los entrevistados coinciden en una afimación: el periodismo es una parte fundamental en la democracia de cualquier país, y más que eso, "es un acto de rebeldía y creo que así es como nosotros lo hemos asumido. El poder necesita tener alguien que lo mantenga en balance y exponga sus abusos y su condición ante el mundo entero", sentencia Bocaranda.
MEREDITH PEÑUELA ROJAS y DIANA HERNÁNDEZ
INTERNACIONAL