Los presos políticos que recibieron el indulto del régimen de Nicolás Maduro comenzaron a ser liberados en las horas siguientes al anuncio de la medida. El diputado Gilber Caro fue de los primeros en salir.
Tras ocho meses de una detención que activistas catalogaron de arbitraria e injusta, Caro abandonó las instalaciones de las temidas Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), en las que estaba recluido.
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Es la tercera vez que el régimen lo pone en libertad tras haberlo detenido y sometido a procesos plagados de irregularidades. “No pierdan la esperanza, yo nunca la perdí”, fue el mensaje que envió a los venezolanos al concluir la entrevista que tuvo con EL TIEMPO.
A continuación, parte de esta conversación.
Estoy un poco extraño, porque dormí muchos meses debajo de una escalera y hoy veo el apartamento muy grande, la calle, todo me parece demasiado grande. Ya fui al médico, me mandaron un tratamiento. Quiero recuperarme.
Me siento feliz, con mi familia, me siento alegre por haber recuperado lo más valioso después de la vida, que es la libertad.
Lejos de tu familia, seres queridos, es muy tortuoso. Fueron procesos muy difíciles. Sin embargo, gracias a Dios, nunca pude recibir un golpe físico, pero hay cierta forma donde uno pasa por sufrimiento, donde estás pasando por una situación muy difícil, tratando de sobrellevar estos meses con quienes me tenían allí, y lograr salir estable, con vida.
Pude leer muchísimo, pude ejercitarme en estacionario, porque a mí me gusta trotar, en las condiciones de 1 metro 10 de ancho, por 2 metros 10 de largo, allí me mantuve muchos meses. Esas condiciones fueron muy difíciles, pero lo más importante fue el momento de la liberación: un momento donde me sorprendieron.
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Yo creo que quienes están afuera pueden opinar, pero lo dije desde el contexto del respeto de la opinión del otro. Yo respeto para que me respeten. Respeto la opinión de los de un color, y respeto la opinión de los de otro.
Si yo estuve en el FAES y me hice respetar, porque en los ocho meses de mi encarcelamiento, donde mi familia declaró casi que me vuelven loco, es por hacer valer mis derechos dentro de la institución, también creo que quienes hacen política en el entorno de nosotros deben respetar la posición de nosotros.
Estoy en la calle, estoy con mi familia y eso es lo más grande que puede existir.
En el sentido humano, sí, porque mi hija va a cumplir 15 años, tu hijo no cumple 15 años dos veces, y no le podía celebrar su abrazo, su compañía, cantarle su cumpleaños, ese mismo día. Ya se acerca la fecha. MI familia, mi novia, me mandaba cartas, y está fuera por la pandemia, y no verla era un sufrimiento.
Estamos en la calle y ese mensaje va dirigido para aquellos que de alguna manera piensan distinto, y en esa diversidad del mundo entendamos que hay que valorar a quien ha sufrido, porque nos falta empatía y consideración con los que hoy todavía se encuentran presos.
A mí no me notificaron de negociación o diálogo, simplemente me fueron a buscar a la celda, salí, y he tenido el tiempo de compartir con mi familia y mis allegados.
En mi opinión, yo estoy en la calle y muchísima gente está en la calle y celebro que la señora de 70 años (Antonia Turbay, quien había sido detenida solo por ser vecina del comisario Iván Simonovis), (los diputados) Ismael (León), Renzo (Prieto), Roberto Marrero, (Juan) Requesens están en la calle. ¿Qué opinión puedo decir si su familia se reencontró? El abrazo de la mamá de Requesens, que lo pude ver, la hermana del señor Vasco Da Costa.
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Mi primer plan hoy es mi familia y Venezuela. Yo estoy trabajando en lo social desde hace muchos años, voy a seguir trabajando en lo social. Hoy yo soy diputado, a mí un cargo no me hace, si yo mañana no sería (diputado) yo sigo trabajando en lo social, pero mi prioridad es mi familia.
La ministra Iris Varela dijo, también, el día en que se hizo el anuncio que el indulto no era garantía para el futuro. ¿Cree que sobre usted y los demás liberados hay una amenaza latente?No vi las declaraciones, pero a lo que tú dices, que Dios la bendiga y nosotros seguimos trabajando, pero yo soy inocente y estoy en la calle y en el nombre de Dios seguiré trabajando por Venezuela.
Es usted activista de los derechos de los privados de libertad. Hemos podido conocer de una situación irregular que se estaría desarrollando a lo interno de las cárceles y centros de reclusión del régimen, con la propagación de la covid-19. ¿Qué sabe sobre esto?Yo, donde estuve, no vi ningún contagiado con covid-19: ningún funcionario.
Todo este tema ha suscitado una diatriba a lo interno de la oposición, ¿qué opinión le merecen estas discusiones?La democracia es un debate y siempre que se haga con respeto a la opinión ajena, bienvenida, pero cada quien tiene una postura que se debe respetar. Nosotros como venezolanos debemos aprender muchísimo de respeto: tus derechos terminan cuando comienzan los míos. Respeto por quienes piensan distintos y eso es democracia. Bienvenido el debate.
ANDREÍNA ITRIAGO
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
CARACAS
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