La decisión de Rusia de reconocer la independencia de las provincias de Donetsk y Lugansk, al este de Ucrania (región de Donbás), pero sobre todo el envío de tropas a esta región constituye, según la mayoría de los analistas, un claro escalamiento de la crisis entre Moscú y Occidente con impredecibles consecuencias.
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Líderes en Washington y las capitales europeas declararon la movida del presidente Vladimir Putin una flagrante violación de los tratados internacionales y de la soberanía de Ucrania.
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Sin embargo, pese a que anunciaron la imposición de sanciones, tanto la respuesta de la Casa Blanca como de Europa ha sido ambigua y ya muchos la critican.
Sanciones, pero por ahora con pocos dientes“Lo que nos había dicho era que si un solo tanque atravesaba la frontera se desatarían las más fuertes sanciones. Eso acaba de suceder. Estas no son fuerza de paz sino una invasión y nada ha pasado”, dijo este martes Michael McFaul, exembajador en Rusia durante la administración de Barack Obama.
De acuerdo con Ian Bremmer, presidente del Eurasia Group, la movida de Putin fue estratégica pues al limitar su incursión a solo estas dos provincias divide a Occidente. “¿Fue lo suficientemente seria la incursión como para que amerite el uso de todo el arsenal de sanciones? Esa es la apuesta de Putin”, sostuvo Bremmer en declaraciones al Washington Post.
Lo que nos había dicho era que si un solo tanque atravesaba la frontera se desatarían las más fuertes sanciones. Eso acaba de suceder. Estas no son fuerza de paz sino una invasión y nada ha pasado
Biden, al guardarse por ahora el grueso de las sanciones, deja una pequeña ventana abierta para una solución a la crisis. Si las utiliza todas desde ya, afirman analistas, no solo cerraría la puerta para una salida diplomática sino podría hasta justificar una invasión más profunda pues Moscú ya no tendría nada que perder.
El problema para el presidente estadounidense y otros líderes europeos es que se expone a fuertes críticas domésticas, que ya comenzaron a aflorar. El senador Lindsay Graham, por ejemplo, llamó a Biden débil y pidió el uso inmediato de todas las sanciones contempladas.
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Vladimir Putin anunció este lunes el reconocimiento de las repúblicas separatistas del Donbás.
EFE/EPA/ALEXEI NIKOLSKY
Pese que aún continúan los esfuerzos, la invasión rusa del Dombás deja prácticamente cerradas las vías diplomáticas para una solución.
La reunión prevista para este jueves entre el secretario de Estado Anthony Blinken y su homólogo Sergey Lavrov está en el aire. Y las probabilidades de una cumbre Putin - Biden, de la que se habló este fin de semana, son de momento inexistentes.
Lo más grave de la situación es que pocos creen que Putin dará marcha atrás. De hecho, muchos piensan que probablemente su objetivo final era la anexión de estos dos territorios y la amenaza de una invasión total de Ucrania era solo un señuelo para alcanzar esta meta.
Dado que ni EE.UU. ni Europa desean una confrontación militar con Rusia, el único camino es la imposición de las fuertes sanciones económicas que habían prometido. Pero probablemente darán un breve compás de espera para justificarlas.
Que sigue de allí en adelante nadie lo sabe.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
En Twitter @segom68