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México

México: el país más mortífero para la prensa en el mundo

Carteles en una valla durante una protesta nacional de 'Periodista en riesgo' en la Ciudad de México, México, el martes 25 de enero de 2022.

Carteles en una valla durante una protesta nacional de 'Periodista en riesgo' en la Ciudad de México, México, el martes 25 de enero de 2022.

Foto:Fred Ramos/Bloomberg

En lo que va del año, 12 periodistas fueron asesinados en el país marcando una cifra récord.

Al periodista mexicano Heber López Vásquez, de 39 años, lo asesinaron a balazos en febrero, cuando se encontraba con su hijo en el estado de Oaxaca.
Tres meses después, el 6 de mayo de 2022, el cuerpo del columnista Luis Enrique Ramírez fue encontrado envuelto en una bolsa negra de pies a cabeza en un camino desierto de Culiacán, en el estado de Sinaloa, tras ser reportado como desaparecido.
Jóvenes protestan tras el asesinato del periodista Javier Valdez.

Jóvenes protestan tras el asesinato del periodista Javier Valdez.

Foto:EFE/Ulises Ruiz Basurto

Una semana más tarde, las reporteras Sheila Johana García y Yesenia Mollinedo fueron acribilladas a tiros desde una moto cuando se estacionaron frente a un supermercado en Veracruz.
Y recién el pasado miércoles, el periodista Antonio de la Cruz, que trabajaba desde hace 15 años para el diario 'Expreso' en la capital de Tamaulipas, fue acribillado a balazos cerca de su domicilio, junto con su hija. Su esposa recibió un disparo en la cabeza.
Ellos, al igual que Lourdes Maldonado, Margarito Martínez, Roberto Toledo, José Luis Gamboa, Jorge Luis Camero, Armando Linares y Juan Carlos Muñiz tenían dos cosas en común: ser periodistas y ejercer su profesión en México, el país "más mortífero" para la prensa en el mundo, según Reporteros Sin Fronteras (RSF), que registra 148 comunicadores asesinados desde el año 2000 en el país norteamericano. En este 2022, ya van 12.
La crisis de violencia contra el periodismo viene acrecentándose desde 2006 con la llegada del presidente Felipe Calderón y su postura de guerra contra el narcotráfico. Se desataron altos niveles de violencia e inseguridad y uno de los sectores más afectados fue el del gremio de los periodistas. La crisis continuó en aumento en el sexenio de Enrique Peña Nieto, y en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador todo parece ir a peor”, explica Sara Mendiola, directora ejecutiva de la organización defensora de derechos humanos Propuesta Cívica, en diálogo con EL TIEMPO.

Los periodistas enfrentan condiciones muy precarias en su salario, y además sufren muchas presiones políticas y de grupos de interés

Y es que a tres años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se registró un aumento del 85 por ciento de agresiones y hasta 50 por ciento de asesinatos de periodistas con respecto al mismo periodo del sexenio anterior.
De acuerdo con un reporte de la ONG Artículo 19, el gobierno de Felipe Calderón reportó 48 casos en todo su sexenio y se reportaron 47 en el de Enrique Peña Nieto.
Paula Saucedo, oficial del Programa de Protección y Defensa en Artículo 19, puntualizó que los primeros tres años del gobierno de López Obrador fueron "el periodo más violento contra la prensa del que se tenga registro" y que este 2022 parece ir por el mismo camino.
Según las estadísticas que maneja esa organización, el año más mortal para la prensa había sido el 2017, con 12 periodistas asesinados, cifra que fue igualada en tan solo seis meses de este 2022. Y pese a que López Obrador insiste en que no habrá impunidad, en muchos de los crímenes solo se ha detenido a los asesinos a sueldo sin tener rastro de quién dio la orden.
El periodista mexicano Cándido Ríos Vázquez, quien figuraba en un programa de protección gubernamental, y otros dos individuos murieron hoy asesinados en el estado oriental de Veracruz, informó la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP).

El periodista mexicano Cándido Ríos Vázquez, quien figuraba en un programa de protección gubernamental, y otros dos individuos murieron hoy asesinados en el estado oriental de Veracruz, informó la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP).

Foto:EFE

Aunque los crímenes atraviesan todo México, los estados que registran un mayor número de violencia contra los periodistas son Veracruz, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Michoacán, Guerrero, Baja California, Campeche y Quintana Roo.
En estos lugares, “los periodistas enfrentan condiciones muy precarias en su salario, y además sufren muchas presiones políticas y de grupos de interés, incluyendo este contubernio entre el crimen organizado, la trata de personas, los narcos, empresarios y ciertos sectores de la clase política”, explica a este diario, Felipe López, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).

Voces que incomodan

De acuerdo con la ONG Reporteros Sin Fronteras, México es el tercer país más peligroso para ser periodista luego de Siria y Afganistán.

De acuerdo con la ONG Reporteros Sin Fronteras, México es el tercer país más peligroso para ser periodista luego de Siria y Afganistán.

Foto:Jaime Moreno

La prensa mexicana se ha convertido en una incomodidad para los intereses de diferentes grupos de poder, que optan por asesinar a los periodistas que les dan seguimiento a cómo el Gobierno se colude con el crimen, según analistas. 
“Existe un vínculo entre la violencia y la cobertura de la prensa. Los periodistas más amenazados son aquellos que investigan temas de corrupción y política. Este dato nos puede mostrar quién es el que está interesado en atacar a los periodistas después de que salen sus publicaciones”, dice Jonathan Bock, director de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip).
Aunque las agresiones responden a un factor “estructural” en México, las “fuentes de origen” de la violencia a la prensa dificultan la prevención de estos crímenes, advierte Bock.
Por su parte, Jade Ramírez Cuevas, integrante de la Red Periodistas de a Pie, insiste que en México “se ha roto el contrato social y prácticamente cualquier gobernante, funcionario y político, junto con el crimen organizado, puede atentar contra la vida de los periodistas”, al advertir sobre la “precarización laboral” y la falta de “responsabilidad de los dueños” de medios.
Artículo 19 reportó que los funcionarios públicos mexicanos infligieron 83 agresiones de las 362 registradas entre enero y junio de 2021, lo que lleva a que muchos casos ni siquiera se investiguen.
Leopoldo Maldonado, director para México y Centroamérica de Artículo 19, afirmó que el presidente López Obrador niega la responsabilidad del Estado y que hay una violación sistemática a los derechos humanos. “En 2021 se consolidó la tendencia a negar problemáticas de derechos humanos. Esto impacta de manera negativa a la libertad de expresión”, explicó en la presentación del informe.
En este sentido, Maldonado señaló que “negar” la realidad que atraviesa el país deriva en la falta de medidas urgentes para frenar el espiral de violencia y el atentado hacia la democracia y la libertad de expresión.
Como en la mayoría de crímenes en México, la impunidad en las agresiones contra periodistas es casi total. Desde 2010, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión abrió alrededor de 3.000 investigaciones, de las cuales sólo obtuvo 22 sentencias condenatorias, según reportó Artículo 19.
Matar periodistas en México no tiene ninguna consecuencia. A lo sumo se puede lograr que algún autor material, quien jaló el gatillo, sea procesado, pero no necesariamente se va a llegar a los autores intelectuales”, dijo Maldonado.
Una situación que, según los expertos, se agrava con el discurso del mandatario mexicano que ataca a la prensa, calificándola de “fifí” (conservadora) en una sección de su programa matutino en la que se dedica a destapar las “mentiras” de los medios.

Matar periodistas en México no tiene ninguna consecuencia. A lo sumo se puede lograr que algún autor material, quien jaló el gatillo, sea procesado

“Desde el poder público se descalifica y estigmatiza a la prensa”, dijo Maldonado, quien lamentó que las palabras del presidente generen un “efecto cascada” que llega a toda la clase política, que ya de por sí es “profundamente intolerante a la crítica y al escrutinio público”.
De hecho, en declaraciones a la prensa, López Obrador acusó que los asesinatos de periodistas son usados en su contra “por razones políticas” asegurando que, “antes en México el principal violador de los derechos humanos era el Estado” y que eso ya no sucede porque “hay cero corrupción y cero impunidad”.
No obstante, las cifras no lo respaldan. El informe presentado por Artículo 19 da cuenta de 644 agresiones contra la prensa en 2021. Es decir, una cada 14 horas. Además, en promedio se cometió al menos un ataque a la prensa en cada uno de los 32 estados del país, un récord histórico.
Pero desde que inició el actual gobierno (en diciembre de 2018) a la fecha suman 1.945 agresiones, con 33 asesinatos de periodistas y dos desapariciones.
Respecto a la posible participación de las autoridades mexicanas, Artículo 19 estima que estuvieron vinculadas en dos de cada cinco agresiones en contra de la prensa.
Eso sumado a la impunidad judicial para quien agrede a un periodista y que son calificados por muchos como los “crímenes de nadie”. “Tratándose del delito de homicidio, la impunidad rebasa el 95 por ciento, tratándose de desaparición de periodistas la impunidad es del cien por ciento”, precisa Sara Mendiola.
Si bien México cuenta desde 2012 con el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, que actualmente cuenta con 1.504 beneficiarios, 493 de ellos periodistas, el problema de este mecanismo federal, desde la visión de Edith Olivares, directora ejecutiva de Amnistía Internacional (AI) México, es que no busca una "política integral" que atienda las causas de la violencia.
"Está diseñado para la reactividad (...) y no permite prevenir los ataques", agregó.
Pero, contra todo pronóstico, los periodistas mexicanos lejos de abandonar su labor han optado por crear sus propias "medidas de protección", aún a sabiendas de que el próximo asesinado podría ser cualquiera de ellos.
"Tratamos de no firmar los artículos. Muchas veces los textos se van firmados por el equipo de redacción porque hacerlo es un riesgo, es poner en la lupa a quién escribió el texto. Nosotros no contamos con ningún otro medio de seguridad. Tecnológicamente, solo contamos con mandar la ubicación, decirle a nuestro editor en dónde estamos. Es algo muy riesgoso, no tenemos más armas ni con qué otra cosa defendernos más que con nuestra pluma", le explicó a EL TIEMPO la periodista Alejandra Canchola del portal informativo 'La Silla Rota'.

Foto:EFE

Un espejo de América Latina

La situación de los periodistas en el resto de la región tampoco es muy alentadora. En la actualidad, existe una ola de represión contra la prensa en América Latina, salvo pocas excepciones donde se aseguran las garantías para el ejercicio periodístico.
En países como Nicaragua, Venezuela, El Salvador, Honduras, México y Brasil no se puede hablar de libertad de prensa. Creo que es un escenario realmente crítico. Esta forma de violencia ha logrado calar en esa percepción que tiene la ciudadanía sobre la importancia del ejercicio periodístico. Si los ciudadanos no entienden el valor que esto le aporta a su cotidianidad o a la democracia, como un espacio de veeduría ciudadana, entonces evidentemente no va a existir nadie más interesado en defender y en garantizar el trabajo de la prensa”, explica Jonathan Bock de la Flip.
En cuanto a Colombia, en los últimos cuatro años han sido asesinados cinco periodistas, cifras que sumadas a las amenazas que reciben, ubican al país como el segundo de América Latina con el mayor nivel de riesgo para la prensa después de México.
CLARA INÉS GONZÁLEZ
*Escuela de Periodismo de EL TIEMPO
Redacción Internacional

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