La tregua en Siria, negociada por Rusia y Estados Unidos, debería entrar en vigor este lunes a las 7 de la noche (hora local), una vez recibido el beneplácito del régimen, aunque desde el domingo la oposición ha seguido mostrando sus dudas sobre el acuerdo, especialmente tras los bombardeos mortales efectuados en zonas rebeldes este fin de semana.
Sin embargo, la aplicación del plan de tregua de Moscú y Washington –anunciado el viernes– no será fácil, dadas la profunda desconfianza entre el régimen y los rebeldes, la alianza de estos con yihadistas considerados “terroristas” y la multiplicidad de actores que intervienen en el conflicto. Estos son los principales obstáculos para que la tregua sea efectiva:
1. Años de desconfianzaDesde hace cinco años, varios acuerdos de tregua fueron anunciados, y violados poco después. El régimen y los rebeldes se han acusado mutuamente de no respetarlos.
El 27 de febrero se produjo un primer acuerdo de tregua entre Moscú y Washington que dejó de ser respetado al cabo de algunas semanas, especialmente en Alepo (norte), principal frente del conflicto.
La oposición, que exige desde hace cinco años la salida del presidente Bashar al Asad, expresó sus dudas sobre la voluntad del régimen de respetar el nuevo acuerdo que prevé un alto el fuego. “(...) No podemos contar con el régimen”, dijo Bassma Kodmani, miembro de la oposición a Asad. Para esta oposición, únicamente Rusia, aliada del gobierno sirio, puede obligarlo a respetar el acuerdo.
El régimen, que considera “terroristas” a todos los grupos rebeldes, informó el sábado que respetaba el acuerdo.
Pero según Charles Lister, investigador en el Middle East Institute, la rebelión tiene “muy pocas esperanzas en un cese de hostilidades a largo plazo”.
2. Rebeldes y yihadistasSegún la segunda parte del acuerdo, rusos y norteamericanos podrían llevar a cabo bombardeos conjuntos contra los yihadistas.
Para ello, Washington debe convencer a los grupos rebeldes aliados de las formaciones yihadistas de que se separen de estas.
El principal aliado yihadista de los rebeldes es el Frente de la Conquista y el Levante (antiguo Frente Al Nusra), que renunció a su afiliación con Al Qaeda pero sigue siendo considerado un grupo “terrorista” por Moscú y Washington.
Kodmani considera que ante una ofensiva del régimen, “las fuerzas rebeldes están obligadas a aliarse con los grupos radicales”, pero que en caso de alto el fuego, estos grupos se hallarían “marginados”.
No obstante, según los analistas, será muy difícil para los rebeldes distanciarse de sus compañeros de armas del Frente de la Conquista y el Levante, un grupo bien organizado y armado que sigue siendo un pilar militar en cualquier batalla contra las tropas del régimen.
Para los insurgentes, alejarse del Frente de la Conquista “significaría de hecho que van a ceder terreno ante el régimen”, por lo que “será muy difícil hacerles cambiar de opinión”, destaca Lister.
3. Múltiples actoresAunque los dos principales actores internacionales del conflicto han acordado este plan, nada indica que los ‘padrinos’ regionales del régimen y de la rebelión estén de acuerdo con él.
Turquía, que no obstante apoyar a la oposición se ha acercado recientemente a Rusia, celebró el anuncio entre Moscú y Washington. Pero ¿qué ocurrirá con Arabia Saudí, la cual apoya a los rebeldes, o con Irán, aliado del presidente Asad?
“Teherán (...) podría entorpecer el acuerdo”, opina Lister. Y en lo que respecta al reino saudí, este no deja de insistir en que cualquier acuerdo pasa por la salida del poder de Asad, cuyo destino futuro es la principal dificultad en las negociaciones sobre el conflicto sirio.
AFP
Beirut