La policía paquistaní informó que al menos 59 muertos y centenares de heridos dejó una explosión en una mezquita de Pakistán producto de un ataque suicida en el interior del templo ubicado en la ciudad de Peshawar.
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El atentado se produjo durante la plegaria de la tarde en la ciudad mencionada, que se encuentra ubicada cerca de la frontera con Afganistán; es por ello que hay
sospechas de que sean responsables los talibanes paquistaníes, quienes ya han cometido este tipo de atentados en el pasado. Sin embargo, aún ningún grupo armado ha reclamado la autoría de los sucesos.
El terrorista se inmoló en horas de la mañana cuando los fieles, entre los que se encontraban varios policías, se encontraban haciendo los rezos correspondientes dentro de la mezquita.
La explosión afectó gravemente la estructura, pues parte del techo y paredes de la mezquita quedaron destruidos y lastimaron a varios de los fieles que se encontraban en el templo.
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Un oficial de policía de la ciudad, Muhammad Ijaz Khan, a la entrada de la mezquita atacada, dijo a los medios de comunicación allí presentes que "había más de trescientos fieles en la mezquita y (el atentado suicida) tuvo lugar durante el rezo".
Un portavoz del hospital Lady Reading de la ciudad, Asim Khan, afirmó a EFE que una veintena de heridos se encuentran en condición grave, y señaló que el centro médico se ha visto obligado a hacer un llamamiento a donar sangre para tratar a las decenas de víctimas del ataque.
El ministro de Defensa paquistaní, Khawaja Asif, aseguró que el atacante suicida se encontraba en primera fila durante los rezos, y reivindicó que el Estado debe actuar contra los terroristas.
"Es hora de que volvamos a combatir la guerra contra el terrorismo", dijo Asif en una entrevista con la televisión paquistaní Geo TV.
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El primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, condenó el "brutal asesinato de musulmanes cuando rezaban ante Alá".
Por el momento, ninguna formación insurgente ha reivindicado la autoría del ataque.
Aumento de los ataques
El último atentado contra un centro religioso en Pakistán tuvo lugar en la misma ciudad de Peshawar en marzo de 2022, cuando un atacante suicida detonó explosivos en una mezquita de la minoría chií, dejando 56 muertos y casi 200 heridos.
Los atentados terroristas y los ataques insurgentes han aumentado en los últimos meses en Pakistán tras varios años de relativa calma, en buena parte debido al resurgimiento del principal grupo talibán paquistaní, Tehreek-e-Taliban Pakistán (TTP).
La formación, un paraguas de grupos armados tribales creado en 2007 y aliado de los talibanes afganos, ha incrementado sus ataques tras poner fin el pasado noviembre a un alto el fuego con el Gobierno. El TTP afirmó, además, haber unido fuerzas con grupos separatistas de la provincia sureña de Baluchistán.
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Desde su formación, el grupo ha llevado a cabo una brutal campaña de ataques terroristas en todo el país y matado a miles de personas, incluido un intento de asesinato en 2012 de la premio Nobel Malala Yousafzai.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) también ha hecho atentados en el pasado en Pakistán, uno de los peores en 2018 contra un mitin en Baluchistán, que dejó 128 muertos y 122 heridos. Un segundo ataque ese mismo día en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa causó 4 muertos y 19 heridos.
Los atentados comenzaron a disminuir en 2014 tras una ofensiva de las autoridades paquistaníes, pero las señales de su resurgimiento son cada vez más claras mientras empeoran las relaciones entre Pakistán y un Afganistán bajo el gobierno interino de los talibanes, que se hicieron con el poder en agosto de 2021.
EFE