El jefe del Ejército israelí, el general Gadi Eisenkot, afirmó este martes que sus fuerzas continuarán con su labor de impedir que armas avanzadas lleguen a manos erróneas, en aparente alusión a un reciente ataque en Siria y las advertencias de Moscú para que Israel cese esas intervenciones.
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En un discurso público que ofreció en una conferencia de seguridad y estrategia en la ciudad de Natania, Eisenkot recordó que una de las misiones del Ejército es "impedir el fortalecimiento de aquellos que no deben fortalecerse con armamento avanzado".
La política del Ejército israelí con respecto a la guerra civil en Siria -agregó- sigue siendo la de "no intervencionismo a la vez que se preservan nuestros intereses", según informó el Jerusalem Post.
El alto mando se refería aparentemente al reciente bombardeo el viernes de un convoy en el norte de Siria con el argumento de que trasladaba armas de los arsenales sirios a la milicia del movimiento chií libanés Hizbulá, que dio lugar a un intercambio de fuego sin precedente en años.
Hay que impedir el fortalecimiento de aquellos que no deben fortalecerse con armamento avanzado
Baterías antiaéreas sirias dispararon un misil SA-5 contra uno de los aviones israelíes que participó en el ataque y, al perder su rastro, inició erráticamente un vuelo balístico con dirección a una ciudad de Israel.
El misil fue derribado por un cohete Arrow 2, según confirmó ayer el comandante del dispositivo de defensa antiaérea de Israel, Tzvika Jaimovich.
A raíz del ataque, el embajador israelí en Moscú, Gary Kore, fue advertido por el Kremlin de que Israel debe cesar estas intervenciones militares y el presidente sirio, Bachar al Asad, aseguró ayer que sus fuerzas responderían a las incursiones aéreas israelíes, después de pedir a Moscú que les ponga fin.
Hizbulá informó el domingo de que el Ejército sirio había derribado un dron israelí en los Altos del Golán, información que el Ejército israelí no confirma, aunque reconoce que ha perdido el aparato en esa zona.
En los seis años que dura ya la guerra civil en Siria, Israel ha atacado objetivos en ese país en una veintena de ocasiones, bien después de que algún proyectil errático cayera en su territorio o porque considerase que Hizbulá estaba trasladando armas sofisticadas a sus arsenales en Líbano.
Generalmente, ni el Ejército ni el Gobierno israelí confirman los ataques, con la excepción del que se registró el viernes y produjo una fugaz escalada.
Eisenkot aseguró no obstante que el interés de su país es preservar la estabilidad en la frontera norte, como ha hecho en los últimos seis años.
Eisenkot dijo que el líder militar del grupo chií libanés Hizbulá y jefe de sus operaciones en Siria hasta 2016, Mustafá Badredin, murió a manos de su propios comandantes en una acción que refleja las disputas internas dentro de esa milicia.
Según el alto mando, Israel tiene "información de inteligencia" que apunta "a una profunda crisis interna dentro de Hizbulá" y al "alcance de la crueldad, complejidad y tensión entre Hizbulá y su patrón Irán", recoge el diario 'Haaretz'.
Aseguró que en base a esas informaciones el alto mando fue asesinado por sus propios comandantes.
Badredin murió el 13 de mayo de 2016 en una fuerte explosión contra una de las sedes de Hizbulá cerca del aeropuerto internacional de Damasco, que el grupo armado atribuyó a un ataque aéreo israelí.

Tensión militar y diplomática entre Israel y Siria
EFE
Badredin, que pertenecía al grupo desde 1982, había sustituido al mando de la milicia a Imad Mugniyeh -también asesinado en 2008 en un ataque atribuido a los servicios secretos israelíes- y era considerado uno de los autores intelectuales y ejecutores del asesinato del ex primer ministro libanés, Rafic Hariri, perpetrado el 14 de febrero de 2005 con un carro bomba en Beirut.
Eisenkot valoró que a pesar de la experiencia de combate que los hombres de Hizbulá están adquiriendo en Siria, el movimiento chií está en "crisis". "Es una crisis interna sobre por lo que están luchando, es una crisis económica y una crisis de liderazgo", concluyó el alto mando israelí.
Jerusalén (EFE)
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