En contra de una de sus promesas de campaña, el presidente Donald Trump renunció a trasladar la embajada estadounidense en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, e invocó la esperanza de un acuerdo de paz con los palestinos.
El mandatario republicano, quien se había comprometido a desplazar la sede de la embajada a la Ciudad Santa, postergó finalmente su decisión al menos seis meses, dijo la Casa Blanca.
Una ley aprobada por el Congreso en noviembre de 1995 estipula que la representación diplomática de Estados Unidos en el Estado hebreo debe estar en Jerusalén, lo que supone reconocer de hecho que esa ciudad es la capital de Israel.
Pero desde hace dos décadas, una cláusula permite al Ejecutivo posponer su aplicación, y todos los presidentes firmaron todos los semestres esa cláusula.
Eso ha permitido a Washington, como a la mayoría de las potencias, mantener su embajada en Tel Aviv.
El plazo que tenía Trump para tomar una decisión terminaba el jueves. Y aunque el presidente se mostraba esquivo acerca de sus intenciones, expertos y diplomáticos preveían desde hacía varios días que firmaría la cláusula que permite postergar la entrada en vigor de la ley. Pero la Casa Blanca advirtió que no era una renuncia definitiva.
“A pesar de que el presidente firmó la excepción de la Ley de la Embajada en Jerusalén y postergó el traslado de la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, nadie debería considerar que esa medida constituye una retirada del apoyo del presidente a Israel y a la alianza” entre los dos países, dijo un portavoz.
En cualquier caso, el imprevisible presidente y sus asesores habían dado estas últimas semanas señales de que Estados Unidos renunciaría por el momento a tomar una decisión que hubiera tenido consecuencias regionales e internacionales muy importantes.
Trump se cuidó primero de abordar el tema durante su viaje a Israel y Cisjordania la semana pasada. Luego, su embajador en Israel, el abogado judío David Friedman, partidario del traslado de la embajada y de la colonización israelí, se mostró menos categórico en su audiencia de confirmación ante el Senado.
Las autoridades palestinas, dirigentes árabes e incluso el exsecretario de Estado norteamericano John Kerry advirtieron en varias ocasiones sobre el riesgo de una explosión de violencia entre palestinos e israelíes en caso del desplazamiento de la embajada. El argumento parece haber sido escuchado en un momento en el que Trump pretende relanzar el proceso de paz israelo-palestino, en punto muerto desde 2014.
El portavoz del presidente palestino, Mahmud Abás, Nabil Abu Rudeinah, dijo que la prórroga es “positiva y dará un empujón a las oportunidades para conseguir la paz”. “La decisión reitera la seriedad de Washington de ayudar a hacer la paz en la región”, dijo.
AFP