Israel defendió este martes los asentamientos judíos en Jerusalén y Cisjordania, y rechazó las críticas del coordinador especial de Naciones Unidas para el proceso de paz, Nickolay Mladenov, sobre el avance de estas construcciones y sus efectos negativos en la solución de los dos estados.
"Los judíos han estado en Jerusalén, Judea y Samaria (nombre bíblico para designar Cisjordania) durante miles de años y su presencia no es un obstáculo para la paz", aseveró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un comunicado.
"Los obstáculos son los inacabables intentos de negar la conexión del pueblo judío con partes de su tierra histórica y el rechazo obstinado a reconocer que no son extranjeros allí", dijo. Respondía así a la intervención que hizo este lunes Mladenov en el Consejo de Seguridad de la ONU, ante el que lamentó que Israel haya ignorado las recomendaciones efectuadas el pasado julio por el Cuarteto -ONU, EE.UU., Rusia y la Unión Europea-, que en un esperado informe instó al país a cesar su política de construcción y expansión de las colonias en Cisjordania y Jerusalén Este.
El diplomático búlgaro relató que desde el 1 de julio Israel ha avanzado planes para la construcción de más de 1.000 viviendas en la ocupada Jerusalén Este y de otras 735 en zonas de Cisjordania, además de haber abierto concursos para nuevas edificaciones en esas áreas y estudiar la posibilidad de declarar partes de las afueras de Belén como "tierra estatal". "Es difícil leer en estas acciones una verdadera intención de trabajar hacia una solución viable de dos Estados", expuso.
Por su parte, Netanyahu sostuvo que las declaraciones de Mladenov "distorsionan la historia y la ley internacional, y alejan la paz (...) La afirmación de que la construcción judía en Jerusalén es ilegal es absurda, como lo es decir que la construcción americana es ilegal en Washington o la francesa en París", Y calificó de "indignante" lo que el considera la petición palestina "de que el futuro estado palestino esté étnicamente limpio de judíos", solicitando a la ONU a condenarla "en lugar de adoptarla".
EFE