Las fuerzas iraquíes avanzaron este domingo en varios barrios del suroeste de la ciudad de Mosul (norte), pero el grupo terrorista Estado Islámico (EI) está oponiendo resistencia y frenando su progreso, mientras los civiles han empezado a huir.
Un comandante de las fuerzas antiterroristas dijo que sus unidades lograron esquivar más de quince ataques con carro bomba conducidos por terroristas suicidas en el barrio de Al Maamun. Las fuerzas iraquíes irrumpieron en este distrito a principios de la semana y hasta el momento controlan el 80 por ciento del mismo, pero los enfrentamientos continúan en su interior.
Debido a la violencia, al menos treinta familias fueron evacuadas de Al Maamun hacia zonas seguras, mientras que el sábado pasado 1.508 personas salieron de este distrito, según el Ministerio de Migraciones iraquí.
El objetivo de las fuerzas es instalar un puente flotante para cruzar el Tigris, el río que divide en dos Mosul, la segunda ciudad de Irak, en manos del EI. Las tropas gubernamentales pretenden unir la parte oriental de la ciudad, en su poder, al oeste donde luchan contra los terroristas.
De momento, el barco es el único medio para unir ambas orillas del río, ya que los cinco puentes sobre el Tigris han quedado inutilizados desde el inicio de la batalla en octubre.
El año pasado, el uso de un puente flotante se consideró como una etapa determinante en la reconquista de Ramadi, al oeste de Irak.
Desde el inicio de su ofensiva sobre el oeste de Mosul, las tropas iraquíes han avanzado desde el suroeste y han retomado el aeropuerto de la ciudad y una base adyacente.
Ahora están apostadas en el barrio de Jawsaq del que expulsaron a la mayoría de los combatientes del EI, pero afrontan una resistencia cada vez mayor de parte de los yihadistas a medida que se acercan a los barrios más poblados del centro.
Escudos humanos
Según fuentes de inteligencia de EE. UU., cerca de 2.000 yihadistas permanecen en esta zona, donde recurren a sus habituales tácticas: tiradores emboscados, atentados suicidas y bombas. Ante la ofensiva de las tropas iraquíes, cavan zanjas alrededor de las casas para desplazarse con discreción y, según comandantes iraquíes, provocan incendios para llenar el cielo de humo y dificultar la labor de la aviación.
También extienden telas para cubrir los callejones del casco antiguo con el fin de impedir la vigilancia aérea y utilizan a los civiles como escudos humanos. En los últimos días, cientos de civiles han huido del oeste de la ciudad para refugiarse en las afueras o en el este.
“Mientras la batalla de Mosul Oeste entra en su segunda semana, estamos muy preocupados por las cerca de 800.000 personas atrapadas en las condiciones más precarias”, declaró Karl Schembri, portavoz del Norwegian Refugee Council.
EFE-AFP
Erbil