El gobierno del rey Salmán bin Abdulaziz no se tomó nada bien la amenaza de un “castigo severo” que hizo Donald Trump si se llega a comprobar que Arabia Saudí estuvo involucrada en la desaparición de Jamal Khashoggi, el periodista disidente del reino que se encontraba en condición de exiliado en Estados Unidos.
Este domingo, Riad respondió con la promesa de tomar represalias si es blanco de sanciones de cualquier tipo. “El Reino afirma que rechaza íntegramente cualquier amenaza o tentativa de debilitarlo, a través de amenazas, de sanciones económicas, o mediante presiones políticas”, declaró un responsable que pidió el anonimato, citado por la agencia oficial SPA.
Si recibimos algún ataque, el Reino responderá con una acción mayor, y nuestra economía tiene roles influyentes para la economía global
Esta acción le ganó el respaldo de los gobiernos de Egipto, Jordania, Líbano y Emiratos Árabes Unidos, quienes a través de portavoces expresaron su apoyo a la causa saudí, señalando que se están haciendo “acusaciones poco precisas” en contra de la Corona.
Por su parte, Occidente tomó el manifiesto de los saudíes como un acto de arrogancia. A las peticiones del Reino Unido, Francia y la ONU, se sumaron las de la Unión Europea y el Senado estadounidense, que exigen esclarecer lo más pronto posible las circunstancias de la desaparición de Khashoggi, hace 12 días, cuando ingresó al consulado saudí en Estambul, pero ninguna cámara de seguridad registra el momento en que salió del lugar.
Las sospechas de su asesinato parecen confirmarse después de que Turquía afirmó tener pruebas de audio y video en las que “se puede escuchar cuando fue interrogado, torturado y asesinado”, registró The Washington Post, medio estadounidense para el cual el periodista escribía una columna de opinión.

El periodista saudí, Jamal Khashoggi, el 2 de octubre, cuando entró al consulado de su país en Estambul. Desde ese momento no se volvió a saber de él.
AFP
Lo cierto es que este evento es un duro revés para el país petrolero, que poco a poco ha intentado limpiar su imagen y ganarse la confianza de Occidente –especialmente de Estados Unidos– con reformas políticas y nuevos planes económicos.
El príncipe heredero Mohamed bin Salmán, quien asumió su cargo en 2017, ha alentado las inversiones extrajeras con promesas de menguar las represiones contra sus ciudadanos y poner en la bolsa la empresa petrolera estatal.
Además, la alianza estratégica con Trump le ha permitido fortalecerse en su guerra contra Yemen, intervenir militarmente en Siria y tomar represalias económicas contra Irán.
Ahora, a medida que el caso Khashoggi se agrava, estas relaciones están en riesgo y, en consecuencia, las finanzas y la imagen del país árabe se desploman.
A medida que el caso Khashoggi se agrava, estas relaciones están en riesgo y, en consecuencia, las finanzas y la imagen del país árabe se desploman
En días recientes, varios empresarios e inversionistas cancelaron su asistencia, el próximo 23 de octubre, al promocionado evento ‘Davos en el desierto’, organizado por el príncipe para mostrar un plan de renovación que pretende atraer a multinacionales de todo el mundo para que establezcan sus sedes en el país.
Sin embargo, empresas como Virgin y Uber ya anunciaron la suspensión de sus proyectos en el Reino, y medios como The New York Times, The Economist y Financial Times también cancelaron su cubrimiento.
El boicot ha surtido efecto: el domingo, la bolsa de valores saudí registró una caída de 3,5 por ciento, la más fuerte en tres años.
El boicot ha surtido efecto: el domingo, la bolsa de valores saudí registró una caída de 3,5 por ciento, la más fuerte en tres años
Esta caída y la intensa presión internacional ha puesto en alarma al rey Salmán, quien se reunió con el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, para hablar sobre el periodista desaparecido, según lo reveló ne la noche del domingo la cadena estadounidense CNN.
En este momento, la monarquía se juega mucho más que sus alianzas, pues a menos de que dé una respuesta clara de lo que pasó en su consulado en Estambul el pasado 2 de octubre, la reputación y la confianza que han ganado en los últimos años en el mundo se dañará de forma irreparable.
* Con información de AFP-Efe-Reuters / Ankara-Washington
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