El Gobierno afgano celebró este martes el anuncio del presidente Donald
Trump de aumentar el número de tropas estadounidenses en
Afganistán, mientras que los talibanes amenazaron con convertir el país en un "cementerio" para EE. UU.
Tanto el presidente afgano, Ashraf Gani, como el jefe del Ejecutivo, Abdulá Abdulá, agradecieron el envío de más tropas sin una fecha de retirada, y aunque
Trump evitó dar números, fuentes del Congreso estadounidense apuntaron que podrían ascender a 4.000, que se sumarían a los 8.400 ya desplegados en
Afganistán.
En total, la misión de la Otán en el país asiático cuenta en la actualidad con unos 13.000 soldados en tareas de asesoramiento y capacitación. "Estoy agradecido al presidente Trump y a los estadounidenses por esta confirmación del apoyo a nuestros esfuerzos por alcanzar la autonomía y a la lucha conjunta para liberar a la región de la amenaza del terrorismo", afirmó Gani en un comunicado.
Funcionarios estadounidenses dijeron que Trump aprobó planes para enviar unos 4.000 soldados estadounidenses adicionales, que se unirán a los cerca de 8.400 desplegados actualmente en Afganistán.
Pero su discurso no definió puntos de referencia para poner fin exitosamente a la guerra que comenzó con la invasión a Afganistán liderada por Estados Unidos en 2001.
Según el presidente afgano, la nueva estrategia de Estados Unidos en
Afganistán pone un énfasis particular en el respaldo a las Fuerzas Armadas afganas: doblar el número de las tropas especiales, mejorar las Fuerzas Aéreas o un mayor asesoramiento.
Todo ello, afirmó Gani, "debería mostrar a los talibanes (...) que no pueden lograr una victoria militar".
En esta línea, Abdulá valoró la "decisión correcta y oportuna" de "expandir" la estrategia en Afganistán, lo que hará que los talibanes abandonen la idea de obtener una "victoria militar" en el país, aunque evitó cerrar la puerta al diálogo con los insurgentes. "La guerra no es la solución y la oportunidad de paz por nuestra parte todavía existe", manifestó el jefe del Ejecutivo afgano.
Good #AfghanStrategy & excellent speech by @POTUS laying it out to the nation.
— Marco Rubio (@marcorubio) 22 de agosto de 2017
El jefe de los contingentes estadounidense y de la Otán en Afganistán, el general John Nicholson, subrayó, por su parte, que con este anuncio queda claro que la presencia de las tropas de EE. UU. estará determinado por la realidad sobre el terreno "y no por programas arbitrarios".

Donald Trump, luego de hacer el anuncio de enviar más tropas a Afganistán, donde los talibanes todavía tienen fuerte presencia.
EFE
Hacía así lo que parece una clara referencia a la política de la anterior administración del presidente Barack Obama (2009-2017). "Esta nueva estrategia significa que los talibanes no pueden ganar militarmente. Ahora es el momento de renunciar a la violencia y reconciliarse", sentenció Nicholson, quien recalcó que "un
Afganistán estable y pacífico es una victoria para los afganos" y la Otán.
Sin embargo los talibanes, lejos de amedrentarse, advirtieron a Trump de que
Afganistán se convertirá en el "cementerio" de Estados Unidos, tras un conflicto que ya es el más largo en la historia estadounidense tras casi 16 años de guerra. "Si los estadounidenses no retiran sus fuerzas de Afganistán, no está lejos (el día en que)
Afganistán se convertirá en el cementerio del siglo XXI del imperio estadounidense", indicó en un comunicado remitido a Efe el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid.
El portavoz insurgente dejó claro que la "liberación del territorio afgano" actualmente invadido supone una obligación religiosa y moral para los afganos, que continuarán con la "yihad" o guerra santa hasta que el último soldado estadounidense abandone el país.
Según el informe del Inspector Especial para Afganistán (SIGAR) de Estados Unidos divulgado este mes, la guerra en Afganistán está "estancada", con los insurgentes controlando el 40 % del país.
En su nueva estrategia para Afganistán, Donald Trump hizo referencia también a otros países de la región como la India y Pakistán.
Ante la petición a la India de "ayudar más" en Afganistán, el Gobierno indio reafirmó su apoyo "firme" al desarrollo y la asistencia al país asiático, después de haber invertido ya unos 2.000 millones de dólares en su reconstrucción.
El Gobierno indio se refirió también de manera indirecta al tono agresivo que adoptó
Trump hacia Pakistán, al que Estados Unidos y la India acusan de dar refugio a los insurgentes, al advertir que Islamabad tiene "mucho que perder" si sigue con esa práctica.
En una crítica encubierta hacia Pakistán, la India celebró la "determinación" del presidente estadounidense en combatir los "santuarios y otras formas de apoyo transfronterizo" del que disfrutan algunos "terroristas" en el país vecino.
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