En helicóptero o a lomos de un camello o de un elefante, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU distribuyó el año pasado 15.000 millones de raciones de comida y asistió a 97 millones de personas en 88 países.
Labores como esa lo hicieron merecedor del Premio Nobel de Paz. El PMA recibe este galardón por “sus esfuerzos en la lucha contra el hambre, su contribución para mejorar las condiciones de paz en las zonas afectadas por los conflictos y por sus esfuerzos para impedir que el hambre se use como un arma de guerra”, declaró ayer la presidenta del Comité Nobel, Berit Reiss-Andersen, al anunciar el ganador del premio.
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Pero Reiss-Andersen también recordó que “el Programa Mundial de Alimentos habría sido un laureado digno sin pandemia”, pero esta “y sus consecuencias aumentan las razones para concederle este premio”.
Y es que la labor del PMA ha sido fundamental en los últimos meses para ayudar a que las comunidades más afectadas por el coronavirus sigan recibiendo la asistencia que necesitan y que esta emergencia sanitaria no se convierta en una crisis de la seguridad alimentaria.
De hecho, el economista jefe del PMA, Arif Husain, dijo hace poco que el PMA “puede contribuir a canalizar” el apoyo continuo que recibe de sus donantes, “ayudando a las sociedades y familias a recuperarse más rápido” después de la pandemia.
En marzo pasado, el PMA hizo un llamado para recaudar 350 millones de dólares para apoyar los servicios de aviación, de envío, almacenamiento y transporte e ingeniería en las áreas afectadas por la pandemia.
Y un mes más tarde advirtió que el covid-19 había enturbiado aún más el panorama humanitario mundial por sus consecuencias sanitarias y económicas y señaló que el planeta podría enfrentarse a “hambrunas de proporciones bíblicas dentro de algunos meses”.
El Programa Mundial de Alimentos habría sido un laureado digno sin pandemia, pero esta y sus consecuencias aumentan las razones para concederle este premio

La historia del programa de la ONU se remonta a 1961, cuando fue concebido inicialmente como un programa experimental de tres años.
AFP
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El director ejecutivo de la entidad, el estadounidense David Beasley, aseguró ayer en Níger que el premio “es un llamado a la acción”. Y agregó: “Es un llamado a la acción también a nuestros donantes, a los multimillonarios, a todos aquellos que quieren ayudar”.
La historia del programa de la ONU se remonta a 1961, cuando fue concebido inicialmente como un programa experimental de tres años.
Un año después, en 1962, se dieron tres acontecimientos en el mundo que marcaron el devenir del PMA: 12.000 personas fallecieron como consecuencia de un terremoto que sacudió Irán y provocó cuantiosos daños; un tifón arrasó Tailandia, y Argelia, país que había obtenido su independencia, comenzó la repatriación y alimentación de sus más de cinco millones de refugiados de la guerra.
La agencia de la ONU proporcionó de inmediato asistencia alimentaria y su contribución fue tan indispensable que desde entonces ha seguido ayudando en todo el mundo y dando prioridad a los países en conflicto, pues la guerra es al mismo tiempo causa y consecuencia del hambre.
Siria, Repúplica Democrática del Congo, los Estados afectados por la insurrección de Boko Haram en Nigeria, en Burkina Faso, en Malí, en Níger y en Sudán del Sur son algunos lugares donde el programa hace presencia en la actualidad. Pero “la respuesta de emergencia del (PMA) en Yemen es la más grande de todo el mundo”, según explica la organización en su página web. En el país más pobre de la península Arábiga cerca de 10 millones de yemeníes “están en situación de inseguridad alimentaria aguda”.
El PMA se define como “la mayor organización humanitaria” en un mundo donde 690 millones de personas, es decir una de cada 11, sufrían en 2019 de manera crónica la falta de alimentos.
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El programa tiene como objetivo primordial distribuir alimentos para apoyar proyectos de desarrollo, refugiados de larga duración y personas desplazadas.
La entrega de las cerca de 15.000 millones de raciones de comida que distribuye anualmente y que tienen un costo estimado por ración de 31 centavos de dólar, es una acción con la que este organismo de la ONU contribuye a mejorar la nutrición y a crear resiliencia en las comunidades de todo el mundo.
El PMA se asocia con más de 1.000 ONG nacionales e internacionales para ofrecer asistencia alimentaria y acabar con la raíz de las causas del hambre

Este organismo de la ONU contribuye a mejorar la nutrición y a crear resiliencia en las comunidades de todo el mundo.
P. Gruban
Con frecuencia, el PMA es el primer organismo en llegar al lugar de una emergencia para brindar asistencia alimentaria a las víctimas de guerras, terremotos, inundaciones, sequías, huracanes y otros desastres naturales. Y después, cuando la emergencia se ha solucionado, el PMA ayuda a las poblaciones de esas zonas a recuperar sus vidas y los medios de sustento que se han visto afectados.
Además, el programa dispone de 5.600 camiones, 20 barcos y 92 aviones que entregan alimentos y dan asistencia de forma constante. El PMA está gobernado por una Junta Ejecutiva de 36 miembros, su director ejecutivo desde 2017 es Beasley, y tiene su sede en Roma, donde colabora con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
Pero además, el PMA se asocia con más de 1.000 ONG nacionales e internacionales para ofrecer asistencia alimentaria y acabar con la raíz de las causas del hambre.
Asimismo, el programa es también la organización humanitaria de mayor tamaño en el mundo que aplica programas de alimentación escolar a nivel global desde hace más de 50 años y cada año entrega alimentos a más de 16 millones de niños en 60 países, especialmente en zonas de difícil acceso.
Su nómina está formada por más de 17.000 personas en todo el mundo y de estos más del 90 por ciento tienen su base en países donde la agencia provee asistencia.
Con respecto al tema de la financiación, el PMA se sostiene exclusivamente con fondos obtenidos de donaciones voluntarias: más de 60 gobiernos respaldan los proyectos humanitarios y de desarrollo, pero también recibe aportaciones de empresas y de donantes privados.
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Solo en 2018 llegó a recaudar 7.200 millones de dólares y ese mismo año compró 3,6 millones de toneladas de alimentos.
El plan estratégico del PMA 2017-2021 se alinea actualmente con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU.
AFP Y EFE
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