En un video publicado recientemente en el canal de Youtube de la Unicef se hace un resumen, en 1:36 minutos, sobre cómo ven los niños afectados por la guerra su vida y su entorno, a través de dibujos.
En las imágenes hay flores, estrellas y juguetes, pero también hay helicópteros, aviones, gente que se esconde y corre, balas, casas en llamas, hombres armados y cadáveres.
Con esa pieza audiovisual la Unicef busca crear consciencia sobre la situación que viven muchos niños y niñas en todo el mundo, y anima a gobiernos y personas para que ningún menor haga este tipo de ilustraciones, debido a las cruentas condiciones que la violencia los obliga a vivir.
Asimismo, este órgano internacional publicó un informe en el que explicó por qué la sociedad no le cumplió a la niñez en el 2018.
“A medida que los conflicto se agravan, los niños son el blanco de ataques. No podemos aceptar todo esto como si fuera la ‘nueva normalidad'”, sentencia la Unicef.
Las cifras son escalofriantes. En Afganistán, en los nueve primeros meses de 2018 murieron o resultaron mutilados unos 5.000 niños, el equivalente de todas las muertes durante el 2017. Se estima que el 89% de los civiles afectados por los restos de los explosivos usados en las guerras son infantes.
En República Centroafricana, la reanudación de los combates ha hecho que dos de cada tres niños necesiten asistencia humanitaria. Muchos de ellos han sido separados de sus padres y han quedado indefensos y sin tutoría, lo cual ha elevado la desnutrición infantil a “cifras alarmantes”.
Al sur de ese país africano está República Democrática del Congo. Allí, la Unicef calcula que 4,2 millones de menores corren el riesgo de sufrir desnutrición aguda grave. “Las violaciones de los derechos de los niños han agravado la situación, entre ellas el reclutamiento forzado por grupos armados y abusos sexuales”, agrega el organismo internacional.
En el noreste de Nigeria, Boko Haram (como es conocido el Estado Islámico en África) sigue reclutando niñas como esclavas sexuales o como “bombas humanas”. Y en Somalia más de 1.800 fueron reclutados para convertirse en soldados de guerra.
Entre tanto, durante el 2018 en Siria, país que lleva varios años en un violento conflicto, se registró la cifra más alta de niños muertos desde el 2011 (cuando empezó el conflicto). Entre enero y septiembre las Naciones Unidas verificaron la muerte de 870 menores.
Y la lista continúa. En Camerún, Irak, Chad, Mali, Burkina Faso, Níger, Myanmar, Palestina, Sudán del Sur, Ucrania Oriental y Yemen, centenares de niños viven situaciones similares. Muchos deben padecer la tragedia del hambre, aprender y educarse en condiciones adversas, estar alejados de sus familiares y verse sometidos a la violencia, las violaciones y el hambre.
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*Con información de la Unicef
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