En la noche del día anterior al Yom Kippur -en este caso, el pasado lunes- miles de judíos se reúnen frente al Muro de las lamentaciones, en Jerusalén, para rezar en una 'ceremonia del perdón'.

Esta parte de la celebración suele ser en conjunto ya que así, según los rabinos, los rezos hacen que " toda Israel sea escuchada en el cielo".

En uno de los rituales, llamado 'Tashlich', los fieles vacían las migas de sus bolsillos en ríos y también en el Mar Mediterráneo. En la celebración, botar al agua los pecados es importante.

La celebración comenzó en la mañana del martes y transcurre hasta el anochecer del día siguiente. Durante este tiempo, los fieles están en completo ayuno.

Son cinco plegarias diferentes que cada fiel reza durante las 26 horas que dura la celebración. La confesión y el arrepentimiento busca que Dios anote sus nombres en el libro de la salvación.

Durante estos días es casi imposible entrar a Israel. Tanto así que el aeropuerto está cerrado. Para los habitantes de territorios fronterizos solo les es posible cruzar en caso de emergencia.

Durante el Yom Kippur no hay transmisión local de televisión ni de radio en la ciudad: la idea es que todos los ciudadanos estén en un tiempo sagrado de reflexión.

'Kaparot' es otro de los rituales que se celebra durante el Yom Kippur. En este, se sacrifican gallinas.

Un sector de la población ha insistido en cambiar el ritual 'Kaparot', pues lo consideran sangriento y anacrónico. Sin embargo, por la arraigada tradición religiosa no parece viable por ahora.

La reverencia es tal que en ese tiempo, debido al ayuno, los fieles no pueden comer, bañarse, tener relaciones sexuales o tocar algún instrumento.

Los menores de 13 años, los enfermos y las embarazadas son los únicos fieles que no deben hacer el ayuno.

Con los rezos durante el 'Kaparot' se pretende sacar los pecados cometidos durante el último año. La gallina es quien recibe la culpa.