Con 95 por ciento de los votos escrutados, los rectores de las principales universidades del país anunciaron al filo de la medianoche que al menos 7’186.170 venezolanos (693.789 votos del exterior) participaron en la consulta popular organizada por la oposición, de los cuales 98,4 por ciento rechazaron la iniciativa del presidente Nicolás Maduro de instalar una Asamblea Nacional Consti#tuyente.
Con porcentajes similares los venezolanos también exigieron a la Fuerza Armada Nacional hacer respetar la Constitución vigente y están dispuestos a una renovación de los poderes públicos, las otras dos preguntas formuladas en la consulta popular.
Se trata de una de las mayores votaciones logradas por la oposición, que en las elecciones parlamentarias de diciembre del 2015 –las últimas que se han celebrado en el país– obtuvo 7,7 millones de votos, y que cambió la correlación de fuerzas en la Asamblea Nacional. Estos números de participación se consiguieron en poco más de 2.600 centros, un despliegue siete veces menor al de las elecciones nacionales del Consejo Nacional Electoral.
La oposición salió a celebrar el hecho y dijo que lo sucedido es una abrumadora muestra de rechazo al gobierno de Nicolás Maduro. “Matemáticamente está revocado hoy Nicolás Maduro”, dijo el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges. “Ese es el miedo que el Gobierno tenía para aprobar la realización del referendo”, añadió.
Se espera que este lunes la oposición, con la demostración de este renovado capital político, anuncie una escalada en las protestas contra la constituyente y en exigencia de elecciones generales. La dirigencia opositora ha dicho que con los resultados del domingo comenzaría “la hora cero” y que puede incluir huelgas generales, pero hasta la madrugada los partidos políticos de la MUD discutían los términos sobre los cuales plantear esta nueva agenda.
Las estimaciones de participación en la consulta impulsada por la oposición rondaban entre los 8,8 y los 11 millones. Desde temprano, miles salieron dispuestos a superar esas expectativas y pronto se vieron enormes filas en los ‘puntos soberanos’ establecidos por la Mesa de la Unidad Democrática con ayuda de más de 80.000 voluntarios. Los expresidentes Andrés Pastrana, Vicente Fox y Jorge Quiroga recorrieron varios puntos en los que constataron la rapidez y funcionalidad del proceso, a pesar de no contar con el apoyo del Consejo Nacional Electoral.
Incluso en zonas consideradas tradicionalmente chavistas, o donde el oficialismo fue hasta diciembre del 2015 la fuerza política dominante, cientos de personas salieron para firmar contra la constituyente y acatando el llamado a protagonizar “la rebelión más grande” de la historia venezolana. En zonas capitalinas como La Candelaria, El Valle, Petare y Catia la gente hizo filas de hasta dos horas para plasmar su opinión.
Ataviados con gorras tricolor, banderas y camisas blancas, los opositores se volcaron con verdadero ánimo festivo a la votación por el ‘sí, sí, sí’ o las tres respuestas afirmativas a las preguntas del plebiscito. Durante todo el día, varias caravanas de carros y motos recorrían alegremente las calles de la capital en lo que se sintió como una atmósfera de elección presidencial. En municipios claramente opositores como El Hatillo, en Caracas, fueron lanzados petardos y fuegos artificiales al culminar la jornada.
Pero la fiesta no transcurrió en paz. Cerca de las dos de la tarde en la zona de Catia y en el calor de cientos de personas esperando para firmar en la consulta, un grupo de motorizados irrumpió disparando a la multitud, hiriendo a tres personas y asesinando a una señora de 61 años, Xiomara Escot, enfermera de hospital. El asedio de las bandas armadas afectas al chavismo duró un par de horas en las que decenas de personas se resguardaron en la iglesia El Carmen, de donde fueron evacuadas en buses luego de una tardía intervención policial y tras recibir el apoyo, en persona, del cardenal Jorge Urosa.
A pesar del repudio generalizado a estos crímenes, la dirigencia opositora aseguró que la jornada acercó a los venezolanos al cambio político que anhelan. “Créanme que hoy estamos agilizando el desenlace de esta dictadura”, dijo a un grupo de votantes el alcalde del municipio El Hatillo, David Smolansky.
Así lo esperan miles de votantes que, como el señor Alfonso, tienen el pasaje comprado para emigrar pronto. “Yo compré el pasaje pero sigo protestando, actuando y rezando también para que se acabe este gobierno. Si se nos da el milagro, yo me quedo, yo no me quiero ir”.
En la abultada cuenta recabada por la oposición tuvo especial peso la participación de los venezolanos en el exterior, que también mostraron la mayor disposición para expresar su rechazo al régimen de Maduro y la constituyente desde puntos tan distantes como Mozambique o Nueva Zelanda.
En Bogotá y Chía, por ejemplo, votaron 36.318 personas y el 99 por ciento rechazó la constituyente.

Los colectivos bolivarianos atacaron a los venezolanos que hacían cola para votar. Una enfermera fue asesinada, tres heridos.
Nathalie Sayago / EFE
Pasadas las cuatro de la tarde del domingo, el presidente Nicolás Maduro se apresuró a dar un balance “extraordinariamente positivo” del simulacro de votación para elegir a los miembros de la constituyente, aunque no dio un solo número sobre la participación oficialista en alguno de los 55 centros con más de 2.000 máquinas habilitadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
“El pueblo desbordó cualquier cálculo”, señaló, refiriéndose al proceso chavista. Pero los reportes del día desde todas partes del país le llevaban claramente la contraria.
A pesar de los visibles esfuerzos de la maquinaria chavista –se pudo constatar en varios centros que llevaban a la gente en camionetas–, la afluencia de participantes en el simulacro oficialista fue notoriamente menor que en el plebiscito opositor.
En algunas zonas de Caracas como La Vega y El Valle, antiguos bastiones chavistas, la pobrísima afluencia de participantes en el simulacro fue imposible de ocultar, con apenas algunas decenas de personas en los colegios habilitados, y por cortos espacios de tiempo.
El mandatario no se refirió a los hechos de violencia generados por los colectivos en la zona de Catia y temprano se declaró victorioso en la jornada pidiendo a la dirigencia opositora que “interpreten y analicen, y no engañen a su pueblo”.
Asumiendo prácticamente todos los postulados discursivos de la oposición, pero aplicados al oficialismo, Maduro aseguró que “el pueblo despertó de nuevo” y apoya su proyecto de constituyente de forma incondicional.
VALENTINA LARES MARTIZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Caracas
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