Con la aprobación del acuerdo para determinar la “responsabilidad política” del presidente Nicolás Maduro sobre la crisis económica y social en Venezuela, la mayoría opositora de la Asamblea Nacional comenzó el martes una especie de juicio político, con el cual podría concluir que el mandatario ha “abandonado el cargo”.
Por su parte, Maduro convocó para este miércoles una reunión del Consejo de Defensa de la Nación para evaluar lo que consideró como un “golpe parlamentario”.
El término no sería entendido como el abandono físico de la Presidencia por Maduro, sino como el ejercicio de esta sin cumplir con los preceptos de la Constitución. De llegar a la conclusión del abandono del cargo, según el artículo 233 de la Carta Magna, la Asamblea Nacional podría declarar su destitución y llamar a elecciones presidenciales.
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La bancada opositora justificó la apertura de esta evaluación –el “juicio político” como tal no es una figura que exista en el aparato legal venezolano– apuntando que el mandatario ha incurrido en violaciones constitucionales de orden político y económico. La aprobación, el pasado 13 de octubre, del Presupuesto de la Nación para el 2017 por el presidente sin someterlo a escrutinio y control de la Asamblea –que debe aprobarlo en forma de ley nacional para su ejecución– fue señalada como una de las irregularidades más flagrantes. (Además: Asamblea venezolana debate llevar a Maduro a un juicio político)
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De igual modo son consideradas inconstitucionales las decisiones tomadas por Maduro derivadas del decreto de emergencia económica emitido a comienzos de año, el cual promulgó a pesar de la negativa de la Asamblea Nacional. El decreto de 90 días, que según la Constitución solo puede renovarse otros 90, fue renovado por el mandatario hace tres semanas por cuarta vez.
Los diputados opositores evaluarán otras desviaciones supuestamente permitidas y ordenadas por Maduro como violaciones de derechos humanos, tanto por la existencia de presos políticos como por la no atención del desabastecimiento alimentario y de medicinas que llevó al parlamento a declarar la existencia de una crisis humanitaria.
Como parte del proceso, la plenaria parlamentaria ordenó citar a Maduro a que acuda el próximo martes a la Asamblea para que participe en una interpelación y ofrezca respuestas a las inquietudes de los diputados.
Con este llamado y el anuncio de que una delegación, encabezada por el presidente del parlamento, Henry Ramos Allup, viajará a la sede de la OEA, en Washington, para pedir la activación de la Carta Democrática Interamericana, la Asamblea Nacional desplegó su disposición a intensificar el pulso con el oficialismo para presionar una salida electoral del gobierno.
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A diferencia del lunes y la tremenda confusión generada por el supuesto inicio del “diálogo” auspiciado por el Vaticano, la oposición se mostró más coherente al promover el juicio político al Presidente y convocar para hoy a la protesta masiva llamada la ‘toma de Venezuela’ luego de la suspensión del referéndum revocatorio.
Mientras el Legislativo encaminaba esta discusión, el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, acompañado por militares de alto rango integrantes del gabinete, hizo una declaración televisada para “reiterar la incondicional lealtad de la Fuerza Armada Bolivariana al Presidente de la República”.
Enfundados en uniformes de campaña –con chalecos antibalas y armados con pistolas–, la declaración de Padrino proyectó una simbología de guerra para responder al exhorto hecho por el parlamento el domingo pasado, cuando conminó a la Fuerza Armada a “no seguir órdenes” que estén fuera de la Constitución. Para Padrino, “esta pretensión de la Asamblea Nacional puede interpretarse como incitación a la sublevación”, y aunque reiteró que la FAN es profesional y apolítica, consideró que el parlamento ejecuta un “grave atentado contra la soberanía nacional”, pues estaría promoviendo, a su juicio, una intervención internacional sobre Venezuela. Para sellar su mensaje, terminó gritando “¡Chávez vive!”
En la calle, miles de chavistas respondieron al llamado oficialista y marcharon hasta el Palacio de Miraflores, donde recibieron a Maduro tras la breve gira que realizó para, según dijo, tratar de reflotar los precios del petróleo. Los seguidores del mandatario vocearon consignas como “Venezuela no es Brasil”, en rechazo al juicio político, mientras el presidente destacó que la actual crisis política de su mandato es “el último coletazo del presidente (Barack) Obama”.
En medio de la acuciante crisis económica y su baja popularidad, Maduro se anotó un punto político al comentar la inconsistencia de la oposición este lunes al avalar el anuncio de comienzo del diálogo con el gobierno para, horas después, retractarse con cuentagotas. “Son unos irresponsables”, enfatizó el mandatario, quien dijo que personalmente asistirá el domingo a isla Margarita al comienzo de un diálogo que, tal parece, murió sin nacer.
VALENTINA LARES MARTIZ
Corresponsal de EL TIEMPO
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