El anuncio debió hacerse el viernes, pero fue diferido para para este lunes. La directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela anunciaba la noche de este lunes las fechas y condiciones en las que la oposición podrá recolectar las firmas equivalentes al 20 por ciento del Registro Electoral del país, condición necesaria para solicitar el referéndum revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro.
Pero una declaración adelantada por el rector electoral Luis Emilio Rondón presagia tempestades, pues aseguró que la mayoría del directorio comicial estudia aprobar la activación de entre 4.000 y 5.300 máquinas ‘captahuellas’ para la ratificación de la identidad de los firmantes, un número muy por debajo de lo solicitado por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que pidió 19.500. Esto plantearía un fuerte cuello de botella para lograr o superar holgadamente los cuatro millones de firmas que deben recabar. “A mi juicio (este número de máquinas) no es suficiente”, advirtió el rector. (Lea también: El gran dilema venezolano: ¿el diálogo para qué?)
Aunque el CNE cuenta con 30.000 máquinas captahuellas, desde el comienzo del proceso revocatorio ha restringido su despliegue de forma desproporcionada, como cuando la oposición tenía que recabar un uno por ciento de las firmas del Registro para solicitar la activación del revocatorio. Para ese primer paso, la MUD pidió la colocación de al menos 2.000 máquinas pero el CNE solo autorizó 300, lo que se tradujo en larguísimas filas y un verdadero problema de logística, pues la mayoría de las máquinas fueron distribuidas en centros de votación remotos o que no sirven a sitios densamente poblados.
Además del número y distribución de las máquinas captahuellas, los venezolanos también esperan con atención la decisión del CNE sobre si permitirá que la recolección del 20 por ciento de las firmas sea a nivel nacional sin distingo de cuántas se recogen por cada estado, o si cada región del país deberá aportar las firmas equivalentes al 20 por ciento de su propio registro electoral. Esta última opción es criticada por la oposición, pues no está establecida en la Constitución y podría significar el fin del proceso si uno de los estados no logra el requisito. (Además: CNE vuelve a dilatar fecha de la recolección de firmas en Venezuela)
“No tiene sentido desagregar la solicitud del 20 por ciento por estados porque nadie puede ser presidente de Cojedes sin serlo de Guárico, nadie puede ser presidente de Zulia y no de Bolívar. Es decir, el presidente no puede ser revocado en Táchira pero no en Sucre. Hay una sola circunscripción y por eso la recolecta del 20 por ciento tiene que ser nacional”, aseguró el secretario general de la MUD, Jesús Torrealba.
De la fecha que anuncie el CNE también dependerá si el revocatorio se lleva a cabo en 2016 o en el 2017. La directiva comicial ha dicho informalmente que la recolección de firmas se realizará la última semana de octubre y la normativa señala que la consulta popular debe hacerse hasta 90 días después. La máxima ralentización del proceso conviene al oficialismo, pues de perder el revocatorio en 2017 el período presidencial lo terminaría el vicepresidente Ejecutivo y no habría llamado a nuevas elecciones.
VALENTINA LARES MARTIZ
Corresponsal de EL TIEMPO