En medio del conflicto laboral con la policía militar, el ministro brasileño de Defensa, Raul Jungmann, al anunciar la medida que inicialmente se prolongará hasta el 22 de febrero -pero que puede ser prorrogada para reforzar la seguridad durante el carnaval, del 26 al 28 de febrero- dijo que "no existe ningún descontrol, ninguna insuficiencia o indisponibilidad de recursos de los órganos de seguridad".
La presencia del Ejército en las calles de Río responde a una petición del gobernador del estado, Luiz Fernando Pezao, tras el cierre de varios batallones de policía militar en protesta por la congelación de sus salarios y sus condiciones laborales.
"No hay desorden", insistió el ministro, quien aseguró que el 97 por ciento de la policía militar de Río de Janeiro está cumpliendo con su trabajo en las calles.
Protestas en varios estados"Tenemos protestas aquí, pero eso no ha impedido que los policías trabajen", agregó Jungmann, quien subrayó que la situación de Río de Janeiro es muy distinta a la del vecino estado de Espíritu Santo, donde la huelga de policías militares, que comenzó el pasado 4 de febrero, se ha saldado con al menos 146 muertos pese a la presencia del ejército en la calle.
"Si las fuerzas armadas no hubieran actuado, controlando saqueos e incendios, la población estaría a merced de los vándalos" en Espíritu Santo, agregó el ministro.
Las protestas de Espíritu Santo se extendieron por otros estados, como Pará o Río, donde desde la pasada semana esposas de policías militares se manifiestan en las puertas de algunos cuarteles en demanda de mejoras en las condiciones laborales y la actualización de salarios.
El presidente brasileño, Michel Temer, reiteró que las Fuerzas Armadas están "listas para restablecer el orden público" en caso de huelgas de policías y volvió a calificar lo ocurrido en Espíritu Santo como una "insurgencia" de los policías militares.
Río de Janeiro (EFE).