El presidente brasileño, Michel Temer, revocó el jueves la orden de despliegue de tropas en Brasilia, ordenada la víspera tras violentos incidentes que dañaron edificios ministeriales en la capital. No obstante, la presión por su salida aumenta y aviva una incierta crisis.
El ministro de Defensa, Raúl Jungmann, explicó que la retirada se decidió una vez que fue comprobado que habían “cesado los actos de violencia, con el consecuente restablecimiento de la ley y el orden”. Frente a las críticas, Jungmann sostuvo que el refuerzo de los militares era “necesario” debido al “clima de barbarie” y aseguró que el Gobierno “no tolerará el desorden” y actuará siempre dentro del marco constitucional, para “preservar la vida y la seguridad de las personas”.
Tras la publicación del nuevo decreto, las fuerzas que durante la noche protegían otros edificios públicos en la Explanada de los Ministerios empezaron a replegarse, observó una reportera de la AFP.
Temer ordenó el despliegue de 1.500 militares, 1.300 del Ejército y 200 de la Marina, luego de los desmanes cometidos por grupos de jóvenes encapuchados durante una masiva manifestación sindical que reclamaba su renuncia y el retiro de las medidas de austeridad en curso en el Congreso.

La Policía Militar calcula que en la protesta participaron unas 50.000 personas, que en su mayoría exigían la renuncia de Temer.
Reuters
La policía replicó con gases lacrimógenos, balas de goma y bombas de estruendo. Los enfrentamientos dejaron siete detenidos y unos 50 heridos, según informes oficiales.
Las fachadas de varios ministerios mostraban por la mañana las huellas de la batalla, con vidrios rotos y parte del mobiliario quemado. El edificio más afectado fue el del ministerio de Agricultura.
La decisión de desplegar tropas levantó un nuevo escándalo, en momentos en que Temer está asediado por denuncias de corrupción y asiste a una erosión acelerada de su base aliada.
Además del desgaste que causó la salida de los militares a la calle, el gobierno del mandatario brasileño sufrió este jueves otro golpe a manos del Colegio de Abogados, que entregó a la Cámara de Diputados un nuevo pedido de juicio político contra el mandatario, el cual se suma a otros doce ya presentados por fuerzas de la oposición.
La solicitud se fundamenta en graves sospechas que pesan en contra de Temer en la Corte Suprema, que lo investiga por los supuestos delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación ilícita, sobre la base de testimonios prestados por ejecutivos del grupo cárnico JBS en el marco de un acuerdo de cooperación judicial.
AFP y EFE