El resultado de las elecciones de este domingo en Ecuador dejan un mensaje claro: el movimiento político impulsado por el presidente Rafael Correa está desgastado, al igual que la izquierda en América Latina.
Según Paolo Moncagatta, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad San Francisco de Quito, el oficialismo llegó “desgastado a las nuevas elecciones”, y los recientes casos de corrupción, como el ocurrido en la estatal Petroecuador y que involucra a un exministro, y el de los supuestos sobornos de Odebrecht a funcionarios ecuatorianos por valor de 33,5 millones de dólares lograron “calar” en la gente a la hora de depositar el voto en las urnas. “Estos casos no han golpeado a la campaña, pero han servido para que el tema de la corrupción se instale en la política ecuatoriana”, fue la apreciación de Paulina Recalde, gerente general de la encuestadora Perfiles de Opinión.
En Brasil, por ejemplo, el regreso de la derecha al poder se dio tras la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, acusada de manipular las cuentas públicas.
En una segunda vuelta, el exbanquero de derecha y opositor Guillermo Lasso podría “derrotar” al candidato oficialista Lenín Moreno, porque ahora “es mayor la resistencia o el rechazo que se tiene al gobierno”, agregó Moncagatta.
Pero para otros analistas, si bien es claro que el hecho de que el oficialismo no esté consiguiendo una victoria contundente en la primera vuelta, como en el pasado, debilita a la izquierda en América Latina, no se puede subestimar la fuerza del correísmo. “Es cierto que está con problemas graves, que ha perdido apoyo popular, y la economía lo está golpeando fuerte, pero también hay muchos ecuatorianos que piensan que Correa hizo buena labor”, afirmó Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
El analista aseguró que aunque para Moreno sería “un desafío” derrotar a Lasso en la segunda vuelta, la ventaja del correísmo es que “tiene una oposición muy fracturada”.
La advertencia de Correa sobre un regreso de la derecha en Latinoamérica cobró más fuerza tras la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en noviembre del año pasado.
El mandatario ecuatoriano argumentó que los movimientos de izquierda son “más urgentes que nunca” frente a la política del nuevo gobierno estadounidense, la cual incluye la construcción de un muro fronterizo con México para frenar la llegada de indocumentados.
El analista político Santiago Basabe apuntó que la salida del correísmo supondría “un viraje casi inmediato” del vínculo de Quito con Washington.
“La victoria de cualquiera de la oposición dinamizaría de forma muy rápida (las relaciones con Estados Unidos), aun siendo Trump el presidente”, afirmó el experto de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Con Moreno en la Presidencia no habría las mismas tensiones que ha habido con Correa, “pero tampoco serán relaciones muy fluidas”, indicó.
REDACCIÓN INTERNACIONAL
* Con información de AFP

Rafael Correa, presidente saliente de Ecuador.
Henry Romero / Reuters
El correísmo llegó 'desgastado' a las elecciones de Ecuador
Casos de Petroecuador y Odebrecht pusieron el tema de la corrupción en la campaña.
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