Varias islas caribeñas otrora paradisíacas y hoy devastadas por huracanes emitieron esta semana en la Asamblea General de la ONU un grito de socorro, y reclamaron ayuda a las grandes potencias acusadas de acelerar el cambio climático.
Desde Haití hasta Cuba, de Antigua y Barbuda a Dominica, los países del Caribe afectados por los huracanes se hicieron escuchar en la mayor cita diplomática del planeta.
“Insto a la comunidad internacional a priorizar y movilizar recursos para ayudar a los pequeños Estados y territorios insulares del Caribe devastados”, dijo el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en su discurso ante la Asamblea General, donde recordó que el huracán Irma dejó 10 muertos.
“El pueblo haitiano hace esfuerzos gigantescos para recuperarse” tras los huracanes Matthew e Irma, subrayó por su lado su presidente Jovenel Moïse. “La destrucción de una amplitud inédita de países hermanos del Caribe, sobre todo Antigua y Barbuda y Dominica (...) por los recientes huracanes sucesivos atestigua los efectos nefastos del calentamiento climático en nuestro planeta”, señaló.
Gaston Browne, primer ministro de Antigua y Barbuda, también lamentó la devastación en esta última isla. La población entera de Barbuda “está ahora sin techo” con “edificios que son caparazones vacíos” tras el paso de Irma el 6 de septiembre, “el peor huracán en el Atlántico en la historia de la humanidad”, afirmó.
Su país, cuyo jefe de Estado es la reina Isabel II, cuenta con unos 80.000 habitantes en la isla de Antigua y unos 1.300 en Barbuda, que viven sobre todo del turismo.
Estados Unidos, que decidió retirarse del Acuerdo de París sobre el clima, no fue citado directamente como responsable de las catástrofes. Pero todos los oradores cuestionaron a las grandes potencias por el calentamiento del planeta, que asocian a la formación de huracanes cada vez más poderosos. Y reclaman ayuda financiera para la reconstrucción.
“Sean cuales sean las posiciones de los países sobre el cambio climático, la evidencia de un recalentamiento mundial es irrefutable”, afirmó Browne.
“Somos los menos contaminantes, pero las mayores víctimas” de la contaminación, denunció, y reclamó “la ayuda urgente de la comunidad internacional”.
“La arquitectura financiera internacional deja a los pequeños países como el mío a la zaga”, sostuvo. “El costo de la reconstrucción (de Barbuda) es estimado en 250 millones de dólares, un monto bastante superior a lo que puede asumir Antigua y Barbuda”.
AFP
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