Al mediodía de este miércoles se confirmó el fallecimiento de Teodoro Petkoff, de 86 años, político, economista y periodista, faro intelectual de Venezuela desde el rocoso comienzo de su democracia hasta el pantano autoritario del chavismo que hoy la gobierna.
Hijo de inmigrantes búlgaros y polacos, pero nacido en las tierras calientes del estado Zulia, comenzó su vida política cuando decidió luchar contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez participando en agrupaciones de la resistencia, a la que entró de lleno y de la cual pasó a la lucha guerrillera cuando empezó el gobierno de Rómulo Betancourt, quien ilegalizó al Partido Comunista de Venezuela.
Desde entonces comenzó su relación con la izquierda, cuyos ideales practicó y también cuestionó, hasta el punto de romper con el dogma soviético y fundar su propio partido, el Movimiento Al Socialismo.
Con mucho dolor y pesar tengo que anunciar que murió Teodoro Petkoff, en estos momentos solo puedo agradecer haber compartido estos años con él en TalCual y por la confianza que depositó en mi
— Xabier Coscojuela (@XabierCosco) 31 de octubre de 2018
Desde esas filas llegó a ser parte del gobierno de Rafael Caldera como ministro de Planificación e intentó, sin éxito, ser presidente de la república.
Desde la tribuna política se inició como escritor de libros y columnista, hasta que pasó definitivamente al periodismo como director del diario El Mundo en 1998. Su frontalidad no gustó mucho al nuevo gobierno de Hugo Chávez, y pronto las presiones lo sacaron de allí. Entonces Petkoff creó su propio diario: 'TalCual'.
Con gran pesar recibo la noticia de la partida física de mi amigo Teodoro Petkoff. Hasta siempre Teodoro, fue un honor! Paz a sus restos y mi muy sentido pésame a su esposa y familiares pic.twitter.com/iS6OJ4yLN8
— Henrique Capriles R. (@hcapriles) 31 de octubre de 2018
A diferencia de su vida, marcada por su verbo certero y su voz rasposa, entre disertaciones y discursos, Petkoff falleció en silencio, sin aspavientos. Las primeras explicaciones apuntan a que un infarto lo atacó en su casa en Caracas, donde reposaba hace al menos cuatro años, retirado de la vida pública tras sufrir algunas dolencias físicas y sortear la persecución jurídica que contra él puso en marcha la ‘revolución bolivariana’.
Se le vio brillar una vez más cuando, en 2015, recibió el reconocimiento a su trayectoria del premio de periodismo Ortega y Gasset. De nuevo recibió amigos, dio entrevistas, opinó sobre el presente y futuro de Venezuela y transfundió de energía a TalCual, que ese año dejó de circular impreso y hoy defiende el periodismo crítico e independiente desde la trinchera digital.
No solo defendió con vehemencia sus ideales, sino que supo reconocer sus equivocaciones, sin renegar de su pasado.
Tras su fallecimiento, el reconocimiento a su lucidez y honestidad política cruzó todos los comentarios, pues Petkoff no solo defendió con vehemencia sus ideales, sino que supo reconocer sus equivocaciones, sin renegar de su pasado. Desde la vida guerrillera en la clandestinidad y su reconocimiento de que la utopía socialista era imposible tal como lo planteaba la Unión Soviética, pasando por su rechazo lapidario al gobierno de Chávez –lo que lo separó del partido político que fundó–, Petkoff siempre fue un pensador incómodo para el poder.
Tan incómodo que el régimen intentó darle un último zarpazo a su figura pública al declarar su “muerte civil” a través de un tribunal, es decir que era incapaz de valerse por sí mismo. Petkoff, ya en retiro, nunca estuvo al tanto de esa decisión. Por esas fechas, todavía recibía algunas llamadas telefónicas, a las que siempre respondió con cariño y lucidez.
VALENTINA LARES
Corresponsal de EL TIEMPO
Caracas