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Latinoamérica

Colapso de presa en Brasil ya deja 58 muertos y 305 desaparecidos

Fotografía aérea de este sábado del desastre causado por la rotura de una presa que contenía residuos minerales de la compañía Vale, en Brumadinho, municipio de Minas Gerais (Brasil).

Fotografía aérea de este sábado del desastre causado por la rotura de una presa que contenía residuos minerales de la compañía Vale, en Brumadinho, municipio de Minas Gerais (Brasil).

Foto:Antonio Lacerda. Efe

Familiares viven en angustia por las pocas posibilidades de encontrar sobrevivientes. 

Sandra Ramírez
Entre la ansiedad y la esperanza, la comunidad de Brumadinho, al sureste de Brasil, continuaba buscando sobrevivientes a la catástrofe ambiental que generó el rompimiento de un dique minero el viernes pasado, que arrasó con las instalaciones y con múltiples viviendas rurales de la zona.
El número de personas fallecidas por la ruptura de un dique minero subió a 58 y el de los desaparecidos se elevó a 305, informó la noche del domingo la Defensa Civil. Tras los operativos de búsqueda se registraron "305 personas desaparecidas, el número aumentó", y hasta ahora hay "58 muertos", indicó a la prensa el teniente coronel Flávio Godinho, portavoz de la Defensa Civil del estado de Minas Gerais, que prevé que el número de fallecidos aumente después de encontrar, poco antes, un autobús con cuerpos humanos.
El alud de un millón de metros cúbicos de agua mezclada con residuos de mineral de hierro se produjo en el complejo Córrego do Feijão, perteneciente al gigante del sector minero Vale.
Las cifras que relatan la magnitud del incidente difieren. La Defensa Civil, por su parte, tiene un listado con 305 desaparecidos, de los cuales 258 eran trabajadores de la minera y 87, empleados tercerizados. Dentro de la lista aparece el hijo de Paulo Anizeto, de 51 años, quien desesperadamente recorre los principales hospitales de la región, pero hasta este sábado seguía “sin noticias”.
Hacía un mes que su hijo había empezado a trabajar en la empresa Pro Engenharia y, según el padre, estaba de visita en Brumadinho para realizar una inspección técnica.

Infelizmente, la rotura sucedió y eso no tiene disculpa, pero aun así pido disculpas a todos los afectados

Entre un mar de lodo y lágrimas, las víctimas cuestionan el origen de la catástrofe en el municipio. Nayara Cristina Dias, de 27 años, habló con una brigadista voluntaria a la espera de obtener alguna información sobre el paradero de su esposo.“Tenemos que esperar y tener esperanza”, dijo, pero añadió que “jamás, jamás, jamás podría imaginar algo así”, después de la tragedia ocurrida tres años atrás en el municipio de Mariana, también en el estado de Minas Gerais.
En ese entonces, otros dos diques de contención de la empresa Samarco, que controlan Vale y BHP Billiton, se rompieron y generaron la mayor catástrofe medioambiental de Brasil con el derrame de siete millones de metros cúbicos de residuos minerales y otros 55 millones de metros cúbicos de agua. Sin embargo, desde ese 5 de noviembre de 2015 no hay condenas y muchas víctimas esperan su reparación.
Nilo D’Avila, director de campaña de Greenpeace Brasil, dijo a AFP que “es increíble: tres años y dos meses después de Mariana, llega otro accidente en la misma región y con las mismas características. Podemos decir que no hubo ningún avance respecto a las medidas de gobierno ni a prácticas empresariales. Y, en lugar de eso, volvemos a discutir las licencias automáticas de obras”. El activista alude a los planes de agilización de proyectos impulsados por el presidente brasileño, Jair Bolsonaro.

Más sanciones a la vista

Hasta ahora no se ha confirmado la causa del accidente. Según el presidente de la minera Vale, Fábio Schvartsman, la represa no era usada desde hacía tres años, estaba en proceso de desmantelamiento y había sido verificada regularmente.
El dique I de la mina Córrego de Feijão tenía 86 metros de altura y una capacidad de contención de 12 millones de metros cúbicos. Schvartsman citó una auditoría con fecha del 10 de enero en la que se certificó la seguridad de la represa, y la empresa alemana TÜV SÜD garantizó su estabilidad en septiembre de 2018.
En un video publicado tras la tragedia, Schvartsman se disculpó: “Infelizmente, la rotura sucedió y eso no tiene disculpa, pero aun así pido disculpas a todos los afectados, a toda la sociedad brasileña, y quiero decir que no mediremos esfuerzo para enfrentar la cuestión de la forma que tiene que ser enfrentada”.
En la mañana, el mandatario brasileño sobrevoló la región para evaluar la catástrofe. “No quiero culpar a otros por lo que está sucediendo, pero algo se ha hecho mal a lo largo del tiempo”, declaró a una radio de Brumadinho.
Luego, Bolsonaro fue trasladado a un hospital de São Paulo, desde donde ejercerá funciones después de someterse a una cirugía el lunes para retirarle la bolsa de colostomía que carga desde el atentado que sufrió en septiembre.
En horas de la tarde, el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, confirmó la aplicación de una multa por 250 millones de reales (66,5 millones de dólares) a Vale.
La gigante minera fue penalizada por contaminación de tierra y agua, eventuales amenazas a la salud humana y por afectar la biodiversidad. Según reportes de AFP, la secretaría de Medio Ambiente del gobierno de Minas Gerais está elaborando un informe sobre el caso y prepara otra multa. El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) envió un equipo a Brumadinho para evaluar si hay más daños ambientales y ayudar en las labores de búsqueda.
“Los implicados en esa tragedia serán castigados de forma ejemplar, todas las medidas judiciales ya se adoptaron, se bloquearon recursos de miles de millones de reales, de manera que el castigo sea lo más riguroso posible”, dijo a la prensa el gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema.
Entre las disculpas y la rabia, otra víctima, Ana Paula Rodrigues, busca a su tío de 31 años en la lista de desaparecidos, o personas “no contactadas”, como las autoridades les denominan. Su tío, según contó a Efe, trabajaba en la planta de reciclaje del complejo minero desde hacía apenas medio año. “Era una tragedia prevista, había sido avisado que corría ese riesgo y nadie tomaba providencias ni nada. Era una tragedia anunciada, pero nunca imaginábamos que nos pasaría a nosotros”.
AFP, Efe y Reuters 
Sandra Ramírez
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