El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva inició el jueves una caravana por el empobrecido noreste del país, su gran bastión histórico, en un esfuerzo por reinventarse después de la sentencia por corrupción que amenaza sus ambiciones de volver al poder en el 2018.
Las elecciones presidenciales no se celebrarán hasta octubre del próximo año y muchos de los potenciales candidatos mantienen todavía perfil bajo. Pero el ícono de la izquierda latinoamericana no tiene tiempo que perder.
A los 71 años, Lula se encuentra en una encrucijada. Condenado a casi diez años de prisión por corrupción, y autorizado a recurrir en libertad, subirá la apuesta por su carisma para luchar por un regreso improbable. “Voy a hacer este gran viaje para ver las cosas de cerca y oír a la gente”, afirmó en un video publicado el jueves en las redes sociales.
Esta gira de tres semanas con la que recorrerá 28 ciudades es también un retorno a las raíces del exmandatario, quien nació en Pernambuco, en pleno corazón de esta castigada región.
La caravana ‘Lula por Brasil’ se inspira en las ‘Caravanas de la Ciudadanía’ que permitieron al exdirigente sindical visitar 359 ciudades del país entre 1993 y 1996.
Seis años más tarde, se convertía en el primer presidente obrero del país.
Sin embargo, el exmandatario descartó que pretenda promover una posible candidatura durante la gira que hará hasta el 5 de septiembre. “No se trata de un viaje para construir una candidatura porque ni sé si seré candidato en el 2018”, afirmó el exlíder sindical en una entrevista concedida al principal periódico de Salvador y al rechazar el supuesto clima de precampaña de su viaje.
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