El huracán María se alejó la noche de este jueves de República Dominicana tras castigar la costa noreste del país con vientos huracanados, intensas lluvias y fuerte oleaje que provocaron inundaciones en varias zonas del país y después de haber dejado bastantes daños en Puerto Rico.
Este ciclón, que deja al menos un desaparecido en República Dominicana, se mueve a 15 kilómetros por hora en dirección noroeste, lo que le aleja paulatinamente de la isla La Española y lo encamina hacia el archipiélago de Turcas y Caicos y posteriormente al este de Bahamas, dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
A su paso por la costa noreste del país, las fuertes lluvias y el viento, con ráfagas que superaron los 110 kilómetros por hora, han ocasionado la voladura de techos de viviendas, el derribo de árboles y postes del tendido eléctrico, que dejaron sin electricidad solo en el norte a más de 300.000 dominicanos.
María provocó el desplazamiento de más de 14.000 personas, afectó 1.286 viviendas, un puente y dejó 15 localidades incomunicadas, de acuerdo con el Centro de Operaciones de Emergencias (COE). Las lluvias más intensas se registraron en Punta Cana y otros puntos del este, así como en Samaná y Santiago, la segunda ciudad del país.
La previsión de abundantes lluvias que se esperan en las próximas horas en todo el territorio nacional preocupa a las autoridades, debido a la saturación de los suelos tras las precipitaciones causadas por el huracán Irma, que afectó el país hace solo dos semanas.
Se estima que habrá una “peligrosa” marea ciclónica que, junto a “grandes y destructivas” olas, elevará el nivel del mar hasta 1,2 a 1,8 metros en la zona de alerta de huracanes en el país, desde el Cabo Engaño (cerca de Punta Cana) a Puerto Plata, según el NHC.
El paso del huracán afectó además el tráfico aéreo ya que varios aeropuertos internacionales suspendieron por algunas horas sus operaciones, más de 70 vuelos fueron cancelados desde y hacia los dos aeropuertos internacionales de la capital y unos 4.000 turistas que se encontraban alojados en Bávaro y Samaná fueron trasladados a otros hoteles de Punta Cana y de la capital dominicana, como medida preventiva del sector turístico, principal fuente de ingresos del país.
Por su parte, Puerto Rico apreció este jueves con claridad los daños y la devastación que dejó el miércoles a su paso por la isla el huracán María, el segundo que azota el país en dos semanas y que, según informes no oficiales, ocasionó al menos siete muertos.
Las calles permanecían intransitables por las decenas de postes de la electricidad caídos, que dejaron a toda la población puertorriqueña sin luz, así como por cientos de árboles arrancados por vientos sostenidos de 250 kilómetros por hora del ciclón, lo que dificulta las comunicaciones.
La emisora Radio Isla 1320 dio cuenta de seis víctimas mortales (cifra extraoficial), entre ellas tres hermanas que murieron en el municipio de Utuado, en el centro-oeste de la isla.
A petición del gobernador Ricardo Rosselló, el presidente Donald Trump declaró este jueves “zona de desastre” a 54 de los 78 municipios de la isla.
“Puerto Rico está absolutamente arrasado”, dijo el mandatario estadounidense a periodistas al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Para el servicio federal de emergencias, la declaración de emergencia pone un límite de 5 millones de dólares a la ayuda federal, mientras la declaración de desastre carece de límite.
María fue el segundo ciclón que causa estragos sobre Puerto Rico en las pasadas dos semanas, después del paso del huracán Irma, que dejó sin electricidad al 70 por ciento de la población.
María ha dejado hasta ahora 32 muertos oficialmente confirmados en su recorrido por el Caribe.
EFE
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