Después de más de 3 horas de asedio, un francotirador de la policía abatió este martes en la mañana a un hombre armado que secuestró un autobús en Río de Janeiro, en el que 18 pasajeros fueron retenidos como rehenes.
Agentes de la Policía Militar y de la Patrulla Federal de Carreteras (PRF) rodearon el vehículo en el puente Río-Niteroi, alrededor de las 6:30 a.m. (hora local). Hacia las 9 a.m., el secuestrador se bajó del autobús apuntando con un arma a la cabeza de un rehén; cuando volvía a ingresar al vehículo, recibió un disparo y cayó muerto en las escaleras del bus.
La acción terminó sin que ninguno de los rehenes resultara herido.

Un tirador de la policía dio de baja a un hombre que secuestró por más de tres horas un autobús con 18 pasajeros.
Fabiano Rocha / Agencia O Globo (GDA)
La portavoz del PRF, Sheila Sena, informó que el hombre llevaba una pistola de juguete, un cuchillo, una pistola eléctrica y un galón de gasolina con el que amenazó prender fuego al vehículo.
La policía del Batallón de Operaciones Especiales (Bope) atendió la emergencia en el lugar y comenzó las negociaciones con el secuestrador. Antes del desenlace, el hombre había liberado a cuatro mujeres y dos hombres que estaban dentro del vehículo.
Estou acompanhando desde cedo, com atenção, o sequestro do ônibus na ponte Rio Niterói. Estou em contato direto com o comando da Polícia Militar, que trabalha para encerrar o caso da melhor maneira possível. A prioridade absoluta é a proteção dos reféns.
— Wilson Witzel (@wilsonwitzel) August 20, 2019
"Detuvo al chofer, anunció que el autobús sería secuestrado, no pidió nuestras cosas, nos amarró las manos y pidió cerrar las cortinas", dijo al canal Globo News Hans Moreno, uno de los rehenes.
"Estaba muy calmado, muy tranquilo", agregó. "Yo imaginaba que iba a morir", comentó aún visiblemente nervioso Walter Freire, otro de los rehenes que concedió una entrevista a la televisión
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, defendió la actuación de los francotiradores y recordó el caso del autobús '174', ocurrido en 2000, cuando una profesora que era rehén murió durante un secuestro similar en Río de Janeiro.
"La orden superior era hacer cualquier cosa, menos disparar y no fue usado un 'sniper' (francotirador). El resultado fue la muerte de una profesora inocente y después el bandido murió dentro de la patrulla", comentó Bolsonaro en sus redes sociales en referencia a la muerte de la rehén hace 19 años por los disparos del secuestrador.
Por su parte, el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, un extremista defensor del uso de armas y de la acción letal de la Policía en el combate al crimen, llegó en helicóptero al puente río-Niteroi y se bajó de la aeronave festejando, haciendo señales de victoria.
Agencias - O Globo (Río de Jaineiro / GDA)